El Puma

      "No trates de entenderlo, disfrutalo", dice en un spot publicitario el mandamás de la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A), Claudio Tapia. Nunca mejor aplicada esa frase ante esta realidad de Patronato de Paraná. El equipo entrerriano mostró un muy buen rendimiento en la última Liga Profesional de Fútbol donde salió décimo entre 28 equipos, fue víctima del cáncer que acecha a este deporte en Argentina: los promedios. Y peor aún, estos habiendo sido manejados a discreción en los últimos años. Hubo ediciones en los que no se usaron ya que no hubo descensos y, una vez reestablecidos, una de las primeras víctimas fue el "Milan de Paraná". Para que quede claro, el "Patrón" debió haberse ido a la segunda división unos años atrás, cuando penaba en los últimos lugares y no ahora. Una mala campaña debe pagarse en lo inmediato y no en los años siguientes.      Patronato cumplió grandes actuaciones, como por ejemplo una goleada a Boca Juniors en Paraná por 3

      Barcelona venció como visitante a Valencia por 1 a 0 con un tanto marcado por el imparable Robert Lewandowsky (lleva 13 goles en 12 partidos) y aprovechó que Real Madrid, en el mismísimo estadio Santiago Bernabeu de la capital española, no pudo ante el modesto Girona e igualó en un tanto. Con estos resultados, los catalanes se pusieron a un punto de los madrileños, además de despegarse mucho del resto, mostrando una vez más que la liga se disputará entre ellos dos.      Atlético de Madrid, el perseguidor más cercano, sigue sufriendo la irregularidad en el juego en esta temporada y cayó por 3 a 2, en Cádiz, ante el conjunto andaluz. En esta última región de España, los dos equipos más importantes tienen realidades diametralmente opuestas. Betis, bajo la dirección técnica de Manuel Pellegrini (pensar que algunos decían que no tenía capacidad para dirigir a River Plate por "no conocer bien los pasillos del estadio Monumental"), se encuentra peleándole el tercer lugar a Atl

      Napoli sigue ganando y despegándose se sus perseguidores. El conjunto del sur de Italia, protagonista de varias de las últimas ligas locales, está muy bien posicionado para repetir los días de gloria de la segunda mitad de la década de 1980. La semejanza con ese equipo es la con ese equipo es la constancia y el progreso que viene teniendo año a año, además de un funcionamiento bien ensamblado. La diferencia: aquel conjunto contaba con Diego Armando Maradona.      Atalanta es el primer escolta y también está consolidando un proyecto. Tanto los del sur como los bergamascos están demostrando que no existen fórmulas mágicas. Con trabajo a largo plazo y serio, se consiguen los resultados. Sea cual sea el resultado final de temporada, Napoli y Atalanta serán protagonistas. Y también lo seguirán siendo de seguir por esta senda. Si bien esta liga italiana no es la misma de hace casi dos décadas, en cuanto al poderío económico, en lo futbolístico se está viendo un muy buen nivel de fútbol

      Terminó la edición 2022 de la Copa Libertadores y es el momento de realizar los análisis sobre la competencia. Antes que nada, de más está aclarar que ganó el mejor y no por resultados, sino por rendimiento y constancia. Este proceso no inició hace unos meses, sino hace ya casi cuatro años. Flamengo invirtió para armar un plantel galáctico, fuerte por demás para los otros participantes del continente. Eso también movió a otros clubes brasileños a reforzarse con nombres de peso, como Palmeiras y Atlético Mineiro, grandes animadores de la Copa Libertadores en los últimos años.      ¿Cómo queda parado el fútbol argentino ante esto? Como mero espectador de lujo. La brecha entre la liga argentina y la brasileña es cada vez mayor. Si bien, en los encuentros mano a mano puede suceder cualquier cosa, en la mayoría de ellos (especialmente en los últimos años) se imponen los brasileños. River y Boca, los dos mayores exponentes, son quienes pueden llegar a hacerles pasar un mal rato. Pero a

      Flamengo venció a Athlético Paranaense por 1 a 0 y se consagró por tercera vez en su historia como campeón de la Copa Libertadores de América. Se dio la lógica en los papeles, el conjunto carioca era superior tanto presupuestariamente como futbolísticamente. En un partido disputado en Guayaquil (no se llenó el aforo, un pecado para la final de un torneo tan importante como este), con un tanto de Gabriel Barbosa - más conocido como Gabigol - en el tiempo adicionado de la etapa inicial, minutos después de que el equipo de Curitiba se quedara con un jugador menos por la expulsión de Pedro Henrique.      Flamengo fue superior en todo momento, pero no llegó a ser un dominio aplastante. Más bien pareció que con poco le iba a alcanzar. ¡Y le alcanzó! Por su parte, Athlético Paranaense no estuvo a la altura de esa instancia, ni fue la sombra del equipo que alcanzó esa etapa. Aún así, con el ingreso del uruguayo David Terans en el tramo final, le dio un poco más de dinámica y hasta pudo h

     El Mundial de Uruguay de 1930 consagró al anfitrión como primer campeón del mundo de la historia. Por aquellos años, Uruguay y Argentina protagonizaron muchas finales recordadas y se consolidaban como los dos mejores equipos de Sudamérica. Una de ellas fue la disputada en el estadio Centenario de Montevideo el 30 de junio de 1930. Pablo Dorado puso en ventaja a la "celeste" a los 12 minutos, pero antes del final del primer tiempo, Argentina dio vuelta el resultado y se puso 2 a 1 con goles de Carlos Peucelle a los 20 y de Guillermo Antonio Stábile . Sin embargo, en el segundo tiempo, José Pedro Cea, Victoriano Iriarte y Héctor Castro le dieron el triunfo definitivo Uruguay por 4 a 2.      Sin embargo, el máximo goleador del campeonato fue el mencionado Stábile. Este último, había nacido en Buenos Aires el 17 de enero de 1905 y triunfó en Huracán hasta el año de ese Mundial. Con la institución de Parque Patricios, obtuvo dos campeonatos de Primera División y una Copa Carl

      La década del 90 estaba llegando a su fin, con River Plate y Vélez Sarsfield dominando la liga argentina. Boca Juniors, que compraba jugadores y entrenadores de renombre a mansalva, venía de fracaso en fracaso. A fines de 1995, Mauricio Macri asumía como presidente "xeneize" con la promesa de volver a ubicar al club de la Ribera en la cima y con el deseo de apostar a las divisiones inferiores. Luego de contratar a Carlos Salvador Bilardo primero, quien limpió a un plantel entero y formó uno nuevo (que no será de los recordados precisamente), con resultados decepcionantes. Luego se apostó a un motivador como Héctor Veira y los primeros resultados fueron mejores, obteniendo un segundo puesto a un punto del River tricampeón de 1997, realizando una gran campaña. Sin embargo, meses después, la picadora de carne que son los resultados negativos se comió al "Bambino" y este se tuvo que ir.      Antes de la disputa del Mundial de Francia 1998, Macri salió a buscar un

      En el momento menos pensado, en el día menos pensado, sucedió lo menos pensado: después de más de 8 años, Marcelo Gallardo anunció que dejará de ser el director técnico de River cuando concluya el campeonato. El entrenador llamó a una conferencia de prensa para dar la noticia que ningún hincha "millonario" quería escuchar nunca.      El "Muñeco" llegó al banco de la institución de Núñez de forma inesperada. Corría el año 2014, River volvía a ser campeón dirigido por un histórico como Ramón Díaz, pero el riojano sorprendió a los pocos días de la consagración y se marchó del club. En ese entonces, Gallardo, que había sido campeón del fútbol uruguayo dirigiendo a Nacional, se encontraba sin trabajo y era sondeado por Newell´s Old Boys. Se aprestaba a viajar a Rosario para arreglar condiciones con la "lepra", pero un llamado de Enzo Francescoli, manager de River, frenó todo y el ex volante tomó la dirección técnica del "millonario". Había mucha

      El último Mundial previo al de Qatar que comenzará en menos de 40 días, se disputó en Rusia. Había mucha expectativa. ¿Sería el campeonato consagratorio para alguno de quienes monopolizaron el Balón de Oro durante más de una década? Lionel Messi venía de ser campeón de Liga con Barcelona, pero venía de un duro golpe en la U.E.F.A. Champions League. Cristiano Ronaldo venía de ganar ese último torneo y de despedirse de Real Madrid. Sin embargo, ni uno ni el otro hicieron pie en este Mundial. El lusitano parecía mejor perfilado tras marcar cuatro goles en los primeros dos partidos (3 ante España y el restante frente a Marruecos), pero su figura fue apagándose y su selección cayó en octavos de final frente a Uruguay. Por su parte, el argentino sólo se destacó con un gol en el tercer partido de su combinado, ante Nigeria.     Alemania, el último campeón, llegaba como uno de los favoritos a repetir la hazaña. El comienzo fue muy poco alentador. Los teutones cayeron en su debut frente a

      Boca está cerca de ser el campeón del fútbol argentino. Si bien, en teoría, la lucha está abierta, todos sabemos que hay mayores probabilidades que el "xeneize" sea quien de la vuelta olímpica en las próximas fechas. Un mes atrás, era impensado. Su entrenador, al igual que en ese entonces, es ninguneado, con la diferencia de que cuando el equipo perdía era abiertamente el responsable de todos los males, y ahora el mérito es de Juan Román Riquelme, el técnico que no se anima a asumir pero que se agarra de los méritos ajenos para ser tapa de diarios y entrevistado estelar de cuanto medio se le cruce.     River no tuvo un buen año, siendo que posiblemente lo termine sin levantar trofeos. No falta el que declara que hay fin de ciclo (lo hacen desde hace varios años, tal como los que pronosticaban año a año la muerte de Fidel Castro o de Juan Pablo II) porque no soporta el éxito. A Marcelo Gallardo le está sucediendo lo mismo que en su momento le ocurrió a Carlos Bianchi, no

      La década del 90 iba llegando a su fin y también la alternancia entre unos pocos equipos. River Plate venía de ser tricampeón (Apertura 96, Clausura 97 y Apertura 97), pero comenzaba su sangría tras el retiro de Enzo Francescoli y la venta de Marcelo Salas a Lazio (jugó el torneo Clausura 1998 para River a pesar de haber sido vendido). Boca Juniors no daba pie con bola, a pesar de que su entonces nuevo presidente, Mauricio Macri, traía a entrenadores con larga y probada trayectoria como Carlos Salvador Bilardo y Héctor Rodolfo Veira sin tener el éxito deseado. Racing Club era un animador que se quedaba con buenas intenciones, mientras que Independiente caía en su rendimiento. San Lorenzo alternaba altas y bajas, pese a tener un muy buen equipo.      Vélez Sarsfield quería volver a ser protagonista tras la marcha de Carlos Bianchi. Contaba con el mismo plantel, sumado a algunos chicos promovidos de las divisiones inferiores. Su presidente, Raúl Gámez, fue a buscar a Marcelo Bielsa

    Terminaba la temporada 1999-2000. Houston Rockets, contrariamente a lo que sucediera en varios años consecutivos anteriores, no entraba a los playoffs de la N.B.A. Desde el banco de suplentes, un veterano de muchas batallas, con el número 4 entró para jugar tan sólo seis minutos, embocar una canasta y salir para retirarse del básquet, tras 16 años de carrera. Este hombre nacido en Leeds, Alabama el 20 de febrero de 1963, no quería irse con una dura lesión a cuestas. Una rotura de tendón de su cuádriceps izquierdo lo había relegado por casi toda la temporada. Pero tras cuatro meses, disputó el último partido de la temporada regular ante Vancouver Grizzlies para pasar a la historia como uno de los 50 mejores jugadores de la N.B.A. Le decían "Sir Charles", "el gordo", "The Round Mount of Rebound", "The Chuckster" o "The Chuck Wagon". Talento y carisma, además de temperamento le dieron el sello a la carrera de Charles Barkley.        En

      La Nochebuena de 1974 no era una más en Temuco. Ese día nacía uno de los mejores jugadores del fútbol chileno: José Marcelo Salas. Desde muy chico se destacó en el balompié y fue captado por los veedores de la Universidad de Chile para las divisiones inferiores de uno de los grandes del fútbol transandino. Debutó a los 18 años y convirtió su primer gol ante Cobreloa, en una derrota de la "U" por 2 a 1. Su explosión coincidió con una era ganadora del equipo azul, convirtiendo 76 goles en tres temporadas. También había debutado en la selección chilena en 1994 ante Argentina y marcando el gol del empate final en tres tantos. En 1996 alcanza la semifinal de la Copa Libertadores, cayendo ante River, tras igualar en dos goles en Chile (marcando uno él) y caer por 1 a 0 en la vuelta a Buenos Aires, donde el árbitro ecuatoriano Alfredo Rodas ignoró un clarísimo penal que se le cometió a Salas, hecho que pudo haber cambiado el rumbo de esa serie. Poco tiempo después de ese hecho