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Mostrando entradas de marzo, 2021

ASESINATO EN EL SERVICIO EXTERIOR, CAPÍTULO 27, PARTE 2

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          Cuando entró a la sala de visitas, Diletante se levantó y permaneció un instante mirándola. Tratando de disimular la fuerte impresión que le había causado, le tendió la mano cordialmente. Intercambiaron saludos y Violeta, por su parte, tampoco dejó de percibir - como se dijo antes - los leves y benévolos ojos claros de su letrado, debajo de cejas espesas. Tras algunas generalidades, entraron en materia.     "Señorita Navalcarnero, le voy a hacer algunas preguntas y le ruego que me conteste de la manera más concreta posible".     Vaciló ligeramente y añadió, atenuando el rigor de sus conceptos con una sonrisa: "Y que me diga toda la verdad".     Violeta lo miró y correspondió a su sonrisa. Le caía bien este abogado.     "Pregunte nomás, doctor".     Las primeras respuestas llevaron a Diletante a enterarse de la presencia de su clienta al lado del occiso en el momento mismo de su deceso, de la posibilidad que tuvo de depositar el cianuro en el vodk

ASESINATO EN EL SERVICIO EXTERIOR, CAPÍTULO 27, PARTE 1

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                                                                     ¡A LA CÁRCEL CON ELLOS!     Foffeti se despertó gradualmente al son de una serie de golpazos en la puerta de su leonera. Había tomado somnífero, única manera de poder dormir estos días terribles que estaba viviendo y sufría un dolor de cabeza que el inquieto sueño de la noche no le había quitado.     Se puso la bata y fue a abrir, con el corazón golpeándole fuerte en el pecho. Lo que vio era un escenario imaginado infinitas veces: dos agentes de policía y un oficial, en quien reconoció a Mazzuchelli. Este se comportó en forma muy profesional y le hizo presente que tenía derecho a nombrar su abogado defensor y que no estaba obligado a declarar contra sí mismo.     El final de una tragedia griega, pensó Foffeti, largamente anunciado por el coro. Bajando la cabeza, se rindió mansamente, sin preguntar siquiera de qué se lo acusaba.     En ese mismo momento, otra comisión policial se hacía presente en el departamento de Vi

ASESINATO EN EL SERVICIO EXTERIOR, CAPÍTULO 26 PARTE 3

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      Una vez solos, Bermúdez apeló a su voz más convincente:     "Esto tiene que saberse cuanto antes, Ministro, porque es un desprestigio para la Cancillería..."     "¿Qué es lo que tiene que saberse?"     "Bueno, parece que la Policía ya tiene la solución, pero no se anima a proseguir con el asunto".     "¿Cómo es eso?"     "Calígula" se inclinó hacia adelante, y adoptó una tesitura vocal aún más baja.     "Fue la Secretario Navalcarnero. Lo mató por despecho y por odio".     "¿Y la Policía lo sabe?" preguntó con poca convicción el Canciller.     "El asunto fue resuelto por el Dr. Sphincter, investigador privado, y hay un testimonio de la Secretario Pinkey a quien Navalcarnero le confesó su autoría del homicidio".     Aquí el Canciller dio muestras de cierta alarma, y se inclinó hacia adelante.     "Pero... ¿y la Policía?"     "El Director de Homicidios lo sabe, pero no se atreve a llevar

EL FENÓMENO

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           “Trocar camisinha, trocar camisinha”, escuchó Carlos Mac Allister de boca de un jovencito que jugaba en Cruzeiro y enfrentaba a Boca Juniors en la fase de grupos de la Copa Libertadores de América, en 1994. En esa noche, en el estadio Mineirao, el equipo “Xeneize” se ponía en ventaja apenas empezado el partido, con un gol del uruguayo Sergio “Manteca” Martínez. Sin embargo, los brasileños, que contaban con Dida en el arco, Toninho Cerezo en el mediocampo ya casi retirándose, lo dieron vuelta con un gol de Luis Fernando y el otro por el jovencito que pidió todo el tiempo el cambio de camiseta con Mac Allister. El “Colorado” terminó tan enojado que se negó al pedido. Años más tarde, contó la anécdota en los medios y también dijo quién era ese chico: Ronaldo Nazario Lima, Ronaldo, quién al poco tiempo fue bautizado como “El Fenómeno”.          Cuando el ambiente del fútbol lo empezó a conocer, era sabido que no iba a pasar mucho tiempo para que se lo convocara a la selección

ASESINATO EN EL SERVICIO EXTERIOR, CAPÍTULO 26, PARTE 2

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       Mirando a Mac Namara, "Calígula" le preguntó:     "¿Qué te trae por aquí, Al?     Antes de que el aludido pudiera contestar abrió la puerta una secretaria, cuyo ajustado sweater  era bastante explícito respecto a la parte anterosuperior de su tronco. Sin entrar, y reclinándose solamente hacia adelante - para realzar el efecto - hizo saber a "Calígula" que el Canciller lo esperaba para la firma.     "¡Qué fastidio!" pensó y dijo Bermúdez. Detestaba la firma, porque el Ministro tenía la molesta costumbre de preguntar de qué se trataban las resoluciones a cuyo pie a estampar su famosa rúbrica, y eso naturalmente hacía necesaria su previa lectura y a veces complicadas conversaciones con los funcionarios que habían intervenido.      "Bueno, Lilí, decile al Inspector que venga".     "Inspector" era la abreviación del apelativo "Inspector de Zócalos" con que había bautizado a un funcionario colaborador suyo, de estatura n

ASESINATO EN EL SERVICIO EXTERIOR, CAPÍTULO 26, PARTE 1

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                                              EN EL GABINETE DEL CANCILLER      Mientras tanto, en su oficina de Jefe de Despacho del Canciller, el Ministro Juan Ramón Bermúdez, mejor conocido por su apodo de "Calígula", hablaba por teléfono expresivamente, convincentemente, y con voz susurrante, acariciante, insinuante. Imposible para un tercero penetrar en esa conversación o intentar entender lo que se decía. De alguna forma, el pelado Bermúdez se las arreglaba para que sus dichos fueran inexpugnables e indescifrables excepto para su destinataria: eran como una comunicación por cable privado.     Teléfono y mujeres, he aquí la trama de la existencia de este hombre oscuro y que tenía alrededor suyo como el misterio del seminarista. ¡Qué habría sido de Bermúdez si le hubiera tocado vivir antes de Graham Bell!     Esos eran los pensamientos de Alaistair Mac Namara, conocido lunfardista y Primer Secretario del Servicio, cuando penetró en los clásicos despachos anexos al del Min

EL AÑO EN QUE MARADONA SUPERÓ A SAN GENNARO

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           A principio de los años 80, Napoli se propuso armar un plantel para pelear el campeonato local y hacerle frente a los gigantes Juventus, Milan e Inter. Para ese ambicioso proyecto, comenzó buscando jugadores en Sudamérica y contrató, en 1982 a Ramón Díaz, figura del Mundial juvenil de Japón tres años antes. El “Pelado” venía de River Plate y era una apuesta a futuro, sin embargo no logró volcar lo que se esperaba de él y se fue al año siguiente a Avellino. En 1984, el club de camiseta celeste, realizó una apuesta audaz y ambiciosa, trajo a la figura que estaba llamada a ser el mejor jugador del mundo en esa década: Diego Armando Maradona. El crack argentino fue adquirido a Barcelona y Nápoles le brindó la calidez que le faltó en Cataluña.          Sin embargo, con Maradona no alcanzaba, había que rodearlo bien para poder lograr el deseado “scudetto”. Ese mismo año, llegaron Daniel Bertoni campeón del mundo en 1978, desde Fiorentina y Salvatore Bagni, titular de la selecció

SALDOS Y RETAZOS DE LA QUINTA FECHA DE LA COPA DE LA LIGA

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  TABLAS DE POSICIONES TABLA DE GOLEADORES

¡Y ESO QUE ESTABAN DE VACACIONES!

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           En los primeros años de la década del 90, Europa sufría varios cambios. Tras la caída del muro de Berlín, hubo un efecto dominó en el que fueron cayendo regímenes autoritarios y dictatoriales, hasta llegar a la desintegración de la Unión Soviética. Estos acontecimientos, obviamente, afectaron al deporte y, en este caso en particular, al fútbol. Se venía la Eurocopa de Suecia 1992 y ya estaba confirmada la lista de seleccionados clasificados. Entre ellos se encontraban la Unión Soviética y Yugoslavia. En el caso de la primera, participó pero bajo la denominación de “Comunidad de Estados Independientes” como un hecho excepcional. Para el caso de Yugoslavia, la situación era mucho más complicada. Sumido el país en una sangrienta guerra civil y una situación, en ese entonces, irreconciliable, se invitó al equipo que había salido segundo del grupo en el que participaba, durante la etapa clasificatoria: Dinamarca.          Cuando se tomó esta última determinación, los jugadores

ASESINATO EN EL SERVICIO EXTERIOR, CAPÍTULO 25

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                                                             SOBRE MOJADO, LLOVIDO     Sphincter estaba considerablemente mejorado desde el momento en que accedió a los favores de Dorinda, y con ellos a una vida más regular. Ahora dormía por las noches en lugar de hacerlo en diversos momentos del día, y había recuperado sus reflejos habituales. Así fue que estuvo en condiciones de someter al Director de Homicidios un cuadro más o menos convincente de culpabilidad sobre la dupla Foffeti-Navalcarnero. Pensó sin embargo Sphincter que era una lástima que su amigo Doublecross, no pudiendo con su temperamento burocrático, hubiera cedido a la tentación del procedimiento regular y dado intervención al Comisarito ese de la 15, ese Pacheco, Machado, no se acordaba bien del nombre, que lo único que hizo fue interrumpir su exposición y arrojar dudas sobre un panorama que se presentaba, a su criterio, con una claridad meridiana.     Claro que los detalles debían ser cosa de la Policía, y no de él m

EL MERECIDO PREMIO PARA LA NARANJA MECÁNICA

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           Rinus Michels, en el estadio Olímpico de Munich, se fue con la cabeza gacha tras perder la final del Mundial de 1974 ante el local. Su equipo fue y siempre será recordado por el fútbol de alto vuelo, por contar con jugadores como Johan Cruyff, Johnny Rep, Rob Resenbrink y Johan Neeskens, entre otros. Sin embargo, campeón hay uno sólo y fue la Alemania Federal de Sepp Maier, Franz Beckenbauer y Gerd Müller la que levantó el trofeo, tras dar vuelta la final e imponerse por 2 a 1.          Tras 14 años de espera, la selección neerlandesa   tuvo su revancha en el mismo territorio. Se jugaba la semifinal ante el local, pero esta vez en Hamburgo. Alemania Federal y los Países Bajos chocaban en esa instancia. Todo lo que sucedió en 1974, se dio en forma simétricamente opuesta. El local era el favorito y se puso en ventaja con un tanto de penal convertido por Lothar Matthäeus. Minutos después, el empate llegó también desde los once pasos y quién concretó fue Ronald Koeman. La igua

ASESINATO EN EL SERVICIO EXTERIOR, CAPÍTULO 24, PARTE 4

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      Dejó inconclusa la frase. Apoyó la cabeza en el respaldo del sillón, permaneció quieta un rato y finalmente se quedó dormida.     Roberta la miró. Así como estaba era todavía una linda mujer. Su bata estaba abierta y su pecho, que subía y bajaba algo irregularmente, se ofrecía a su vista casi enteramente. Pero la pervertida maestrita Ciruela no estaba ya para eso. Muy pálida, se levantó y se fue del departamento temblando.      Todavía entrechocando los dientes y como tiritando del miedo, Robertita conservó la suficiente sangre fría como para intentar algunas conclusiones y decidir sobre su conducta futura.      "No, yo al Toto no le digo nada de ésto. Si le dijera algo, sería para insultarlo, por el lío en que me metió, siempre con sus encargos y sus complicaciones. Y yo la misma idiota, que le hago caso..."     Pero había algo mucho más grave que contarle o no a Foffeti ese asunto, por espinosa que le pareciera la explicación. Revivió por un instante su entrevista con

ESTE BRASIL TAMBIÉN MERECIÓ SER CAMPEÓN

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           El estadio de Sarriá, en Barcelona, era testigo del mejor partido del Mundial de 1982. Por un lado, Italia, de comienzo irregular en el certamen, pasando la primera fase con 3 empates y mejor diferencia de gol. Por el otro, el espectacular Brasil dirigido por Telé Santana. Ambos habían derrotado a la Argentina, los “Azzurri” por 2 a 1, mientras que los “Verdeamarelos” por 3 a 1, por lo que el empate depositaba a la “Canarinha” a las semifinales del torneo. Un duelo de dos equipos con mucha historia, que ya se habían enfrentado en 1938 (con triunfo de Italia), 1970 y 1978 (ambos triunfos de Brasil). Si bien los sudamericanos eran los favoritos, por lo hecho hasta ese entonces, mostrando lo mejor de su histórico “jogo bonito” y con cracks de la talla de Sócrates, Zico, Eder, Junior, Paulo Roberto Falcao, entre otros, los europeos no podían ser subestimados. Ambos conjuntos campeones del mundo, con dos estilos diametralmente opuestos.          Para sorpresa de propios y extra