LA ERA DE LOS TORNEOS CORTOS: LA ÚLTIMA FUNCIÓN DE BIELSA EN ARGENTINA LA DIO CON VÉLEZ
La década del 90 iba llegando a su fin y también la alternancia entre unos pocos equipos. River Plate venía de ser tricampeón (Apertura 96, Clausura 97 y Apertura 97), pero comenzaba su sangría tras el retiro de Enzo Francescoli y la venta de Marcelo Salas a Lazio (jugó el torneo Clausura 1998 para River a pesar de haber sido vendido). Boca Juniors no daba pie con bola, a pesar de que su entonces nuevo presidente, Mauricio Macri, traía a entrenadores con larga y probada trayectoria como Carlos Salvador Bilardo y Héctor Rodolfo Veira sin tener el éxito deseado. Racing Club era un animador que se quedaba con buenas intenciones, mientras que Independiente caía en su rendimiento. San Lorenzo alternaba altas y bajas, pese a tener un muy buen equipo.
Vélez Sarsfield quería volver a ser protagonista tras la marcha de Carlos Bianchi. Contaba con el mismo plantel, sumado a algunos chicos promovidos de las divisiones inferiores. Su presidente, Raúl Gámez, fue a buscar a Marcelo Bielsa buscando que el entrenador rosarino pueda emular lo que había hecho en Newell´s Old Boys por el comienzo del decenio. El "Loco", con su forma peculiar, pretendió imponer una forma de juego a la que los de Liniers no estaban familiarizados, más vertical, con poco paso por la mitad de la cancha y de presión constante. Su forma de ser le trajo algunos inconvenientes, especialmente con José Luis Chilavert, quien lo enfrentó tras un entrenamiento. Sin embargo, el rosarino logró revertir esa imagen y los integrantes del plantel entendieron el mensaje y lo llevaron a cabo a la perfección. Chilavert, lejos de tirarle el plantel en contra, sumó. Flavio Zandoná ocupaba el lateral derecho, José Sotomayor (a veces también Sebastián Méndez) y Mauricio Pellegrino ocupaban la zaga central, mientras que Raúl Cardozo jugaba por la izquierda, más cerca de la mitad de la cancha que de la defensa. Claudio Husaín era el volante a la derecha, Carlos Compagnucci ocupaba el puesto de mediocampista central tras la marcha de Marcelo Gómez a River, Cristian Bassedas y Patricio Camps recuperaban y generaban respectivamente, mientras que adelante estaban Martín Posse y Carlos Cordone (o podía ser Darío Husaín).
Tras un cuarto puesto obtenido en el Clausura 1997, el rendimiento de Vélez creció en forma estrepitosa y realizó una gran campaña. Si bien los hinchas criticaban este planteo de Bielsa, por no ser el habitual que tan buenos resultados les había dado, con el correr de los partidos lo fueron entendiendo y terminaron encariñándose con el técnico de Newell´s. En las primeras 7 fechas, obtuvo 5 triunfos y 2 empates, entre las que se destaca la victoria ante Boca en la Bombonera, sufriendo su primera y única derrota en la octava jornada frente a San Lorenzo. Cerró la actuación con 14 victorias, 4 empates y 1 derrota. Podía suponerse que se venía una segunda era exitosa de Bielsa en el fútbol argentino, pero al igual que la primera vez, decidió no continuar e irse ganador.
Nadie podía suponer que esta sería la última actuación de Bielsa en el fútbol argentino. Pasaron ya 24 años y el rosarino nunca más dirigió en la liga de su país. Tras décadas en la selección y Europa, puede decirse que la última función del "Loco" en la Argentina fue en Vélez.
El Puma
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