PENSANDO EN VOZ ALTA

 


    Terminó la edición 2022 de la Copa Libertadores y es el momento de realizar los análisis sobre la competencia. Antes que nada, de más está aclarar que ganó el mejor y no por resultados, sino por rendimiento y constancia. Este proceso no inició hace unos meses, sino hace ya casi cuatro años. Flamengo invirtió para armar un plantel galáctico, fuerte por demás para los otros participantes del continente. Eso también movió a otros clubes brasileños a reforzarse con nombres de peso, como Palmeiras y Atlético Mineiro, grandes animadores de la Copa Libertadores en los últimos años. 

    ¿Cómo queda parado el fútbol argentino ante esto? Como mero espectador de lujo. La brecha entre la liga argentina y la brasileña es cada vez mayor. Si bien, en los encuentros mano a mano puede suceder cualquier cosa, en la mayoría de ellos (especialmente en los últimos años) se imponen los brasileños. River y Boca, los dos mayores exponentes, son quienes pueden llegar a hacerles pasar un mal rato. Pero a no engañarse. 

    Pensando en nuestra liga, cada vez más incierta y poco seria, llegó el momento de trabajar de otra manera. Ya no hay dinero en los clubes (debido a manejos irresponsables y a la precaria situación económica de nuestro país) para incorporaciones desopilantes. Si bien un sector del periodismo aún sigue pregonándolas, puesto que el show debe continuar, ya nadie cree en esos títulos de portada. El hecho de que Boca haya comenzado a darle lugar a chicos de sus divisiones inferiores es la prueba viviente de ello. La institución "xeneize" es quizás sorprendida por ello, puesto que en los últimos años se dedicó a realizar "grandes mercados de pases". A veces la mejor solución está adentro y no afuera. A pesar de la desorganización y los cambios a última hora, la Argentina sigue teniendo una gran materia prima y los jugadores siguen apareciendo. Poco se los disfruta en su liga doméstica, pero están.

    La diferencia entre las dos ligas es, valga la repetición, organizativa y económica. ¿Se puede contrarrestar? Claro que sí. Si no hay recursos económicos, siempre están los recursos propios, esto es las divisiones inferiores y la formación de futbolistas a largo plazo. Habrá que entender en Argentina, de una vez por todas, que los grandes éxitos llegan apostando al largo plazo.

El Puma

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