Cada cosa hubo que escuchar respecto de enormes futbolistas consagrados, cuyo pecado mortal fue perder tres finales (o cuatro para algunos). Se escuchaban denostaciones agresivas al punto de ejercer bullying mediático insoportable. Las víctimas de ese maltrato, propinado por ese grupo de exitistas con micrófono, esos que nunca pierden, saben todo, piden renuncias o recambios, dan lecciones y ocupan espacios radiales o televisivos enormes, fueron jugadores de la talla de Lionel Messi, Ángel Di María, Gonzalo Higuaín, Javier Mascherano, Sergio Agüero, entre otros. De Messi (máximo ganador argentino de lo que a uno se le ocurra) se dijo que era "pecho frío", "no siente la camiseta y por eso no canta el himno", "es español", entre tantas insólitas estupideces. Y eso que ganó siete Balones de Oro, cuatro Champions League, 10 ligas de España, tuvo el récord de más goles convertidos en un año con 91 tantos, entre muchos logros. Con Di María, el trato f...