EL CAMPEÓN MENOS PENSADO


     En la historia de la selección argentina hay un antes y un después del Mundial 1974. Hasta ese momento, ningún entrenador quería tomar el mando porque era hasta un desprestigio. Nadie quería vestir la camiseta albiceleste. Luego de 1974, el siguiente campeonato del mundo se iba a jugar en Argentina y había que cambiar esa imagen del seleccionado. Se designó a César Luis Menotti, el joven entrenador del Huracán campeón 1973, recordado por propios y ajenos como uno de los equipos que jugaba un fútbol de alto nivel. El director técnico rosarino comenzó un trabajo serio y se estableció que la selección argentina era la primera prioridad. Menotti fue armando distintos combinados, uno con jugadores del interior del país, otro con los que competían en el campeonato metropolitano y luego los fue mezclando. Hasta que llegó a 1978 con una base de grandes jugadores y logrando un funcionamiento aceitado para poder obtener el primer Mundial de la historia albiceleste. El "Flaco" siguió hasta España 1982, donde tenía la misma base reforzada con algunos campeones mundiales juveniles de 1979 como Juan Barbas, Ramón Díaz y Diego Armando Maradona. Sin embargo, el nivel de la selección tuvo una gran merma y la actuación fue decepcionante. 

    Luego de la eliminación en España, Menotti no renovó el contrato con la Asociación del Fútbol Argentino y el cargo de entrenador le fue otorgado a Carlos Salvador Bilardo. El "Narigón" venía de ser campeón con Estudiantes de La Plata, pero tenía en su palmarés haber sido finalista de la Copa Libertadores con Deportivo Cali. Contrariamente al juego que pregonaba su antecesor, en la que se le daba mucha libertad individual a los jugadores, Bilardo era más detallista y, seguramente, más pragmático. Tal como sucediera en 1978, Argentina obtenía el título mundial en 1986, con una estructura más ordenada y con un as de espada que rompía con todos los esquemas: Maradona. El capitán de ese Mundial llegó al campeonato en su mejor momento físico y futbolístico y fue la carta decisiva para levantar la segunda Copa del Mundo. Cuatro años después. sucedió casi lo mismo que con Menotti: el rendimiento de la selección mermó, pero a diferencia de 1982, la suerte estuvo de su lado y llegó hasta la final. En 1990, se terminó la era Bilardo.

    Si bien ambos entrenadores fueron importantes para la historia del seleccionado argentino, el hecho de no poder dar vuelta la página enseguida para terminar con la dicotomía entre ambos se volvió insoportable. Si bien pasaron entrenadores de renombre durante 32 años como Alfio Basile (campeón de la Supercopa 1988 con Racing y luego bicampeón con Boca en 2005-2006), Daniel Passarella (capitán de 1978 y de gran trabajo en River entre 1990 y 1994), Marcelo Bielsa (campeón con Newell´s y con Vélez), José Pekerman (el mejor entrenador en la historia de los seleccionados juveniles), Alejandro Sabella (campeón de la Copa Libertadores con Estudiantes de La Plata), Gerardo Martino (campeón con Newell´s), Edgardo Bauza (campeón de la Copa Libertadores con San Lorenzo y Liga de Quito) y Jorge Sampaoli (campeón de América con la selección chilena), ninguno dio en la tecla, ya sea por falta de suerte, mala planificación o estar en el momento equivocado. 

    En Rusia 2018, Sampaoli fue despedido y quién iba a ser el sucesor era una incógnita. Los rumores y los postulados de la prensa eran cambiantes y hasta sorprendentes. Se habló de Diego Simeone (de gran campaña en Atlético de Madrid desde hace más de una década), Marcelo Gallardo (multicampeón con River), Mauricio Pochettino (de muy trabajo en Tottenham Hotspurs) y hasta de Ricardo Caruso Lombardi (entrenador solicitado por equipos peleando el descenso y a los que salvó en su mayoría). Desde la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A) nadie daba señales para ningún lado, dejando a la prensa que tejiera todo tipo de trascendidos. Llegaban algunos compromisos inmediatos y no había nadie disponible. Y apareció uno de los ayudantes de Sampaoli, levantando la mano, para hacerse cargo provisoriamente. Le dieron el cargo, supuestamente, para lo que quedaba de 2018 ya sea en competencias como amistosos. El año terminó y... decidieron dejarlo un tiempo más. Llegaba la Copa América, se le dio, supuestamente, hasta esa competencia para luego, convocar a otro entrenador. La competencia comenzó muy mal, los rumores de cambio de técnico corrían como un reguero de pólvora. Sin embargo, se cayó en semifinal, mejorando notablemente el rendimiento y se decidió continuar con él. Las críticas - también realizadas por quien escribe - llovieron sobre este hombre nacido en Pujato, provincia de Santa Fe. Desde que no estaba capacitado, hasta que era inexperto, los calificativos sobraban. Hasta que obtuvo la Copa América 2021 rompiendo una maldición de 28 años sin títulos para la selección mayor. Y fue por más, obtuvo el Mundial 2022 en Qatar, dando vuelta la página luego de 32 años y sacándose de encima la sombra de los campeones de 1986 que el periodismo y los hinchas habían instalado sobre la selección argentina. Ese hombre fue campeón mundial juvenil en 1997, en Malasia, siendo uno de los pilares de ese equipo. Y ahora regresó con su primera experiencia como entrenador, rodeándose por compañeros suyos de hazaña, realizando un trabajo silencioso y de hormiga. 

    Nadie hubiera pensado en Lionel Scaloni como el sucesor de Menotti y Bilardo. Sin embargo, el ex jugador surgido en Newell´s Old Boys, juntó a Pablo Aimar, Walter Samuel y Roberto Ayala para que lo ayudaran. Sin declaraciones polémicas, sin pelearse con nadie y en forma silenciosa, realizó el recambio generacional necesario, buscó y encontró grandes jugadores donde nadie se había fijado y armó un equipo ganador. Ni siquiera se prendió en el juego de la prensa exitista con el cuento de la "Scaloneta", claramente se vio que ni él, ni el equipo se autoperciben con ese nombre ridículo. 

    Luego de soportar críticas desmedidas durante tres años, de mostrar una gran perseverancia y seriedad en su trabajo, Scaloni tuvo su premio. Si bien él mismo dijo que no, la realidad es que ya puede sentarse en la misma mesa con Menotti y Bilardo. Con este título, una vez que deje su cargo - por ahora lejos está de hacerlo, pero en el fútbol uno nunca sabe - las puertas de las mejores ligas del mundo se le van a abrir y más de uno querrá hacerse de sus servicios. Uno podía pensar cualquier otro entrenador para codearse con los dos campeones del Mundo, y sin embargo, el que está es Scaloni.

El Puma

Comentarios

  1. Yo también lo critiqué... incluso lo hago ahora porque no me gusta como cierra los partidos. Pero nobleza obliga y hay que tomar responsabilidad de por la crítica en exceso. Yo fui uno.

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