MÓNICA, CAPÍTULO 3
Raben llegaba a su casa acongojado y con muchas preguntas en su cabeza. Venía de varios viajes a distintos puntos del planeta, un poco por negocios, aunque el motivo real fuese otro. Se puso a investigar y parecía haberse acercado a su objetivo. Consiguió un contacto que le dio un paradero inicial y varios indicios. Aparentemente, Martina había sido vista por última vez en un boliche, cenando primero y luego bailando con un empresario de la noche porteña. La habrían visto hasta la madrugada, momento en que se subió al auto de su acompañante y se perdió por algún lugar de la “ciudad de la furia”. De dicho empresario, no consiguió el nombre. Ni siquiera le dieron pistas para sospechar de alguno en particular. Según el contacto de Raben, a Martina y a su acompañante los capturaron y se los llevaron secuestrados. Aparentemente hubo testigos que escucharon gritos. Pasaron unos días y volvió a juntarse con su contacto, pero esta vez el encuentro fue estéril. Solo negativas y respuestas...