CESKO ARGENTINSKY, CAPÍTULO 12
Pedro sabía lo que debía hacer, pero ignoraba cómo. No tenía pruebas evidentes para incriminar a Michal más que esa imagen repetida en su mente una y otra vez. Deseaba más que cualquier cosa desenmascararlo frente a Lenka y quedarse con ella. La llamó por teléfono y la citó para almorzar. Se encontraron en el centro de la ciudad, cerca de la Plaza San Venceslao. Llegaron puntuales a la cita. “Te ves cansado, arrancó Lenka. - No pude dormir, tuve una mala noche. - ¿Por qué? - Me costó conciliar el sueño. Vos, ¿qué hiciste? - Yo terminé tarde de trabajar y me quedé durmiendo en casa de mis padres. - ¿Y con quién dejaste a Michal? - Con una enfermera. - ¿Volviste a tu casa hoy? - Aún no. - ¿Hablaste para ver cómo estaba todo? - Sí, me dijo la enfermera que estuvo todo tranquilo. - ¿Te contó del espectáculo de Michal con una bailarina? -