CESKO ARGENTINSKY, CAPÍTULO 9




 

          Cuando regresó a trabajar, su ánimo estaba por el suelo. Sentía que, una vez más, se le escapaba la posibilidad de ser feliz. Si bien sabía que ella lo amaba, la enfermedad de Michal se había convertido en un obstáculo importante. “¿Cuánto tiempo tendré que esperar? ¿Y si no pasa nunca? ¿Y si esto reaviva la llama y el matrimonio se reconstruye? No puedo, tampoco, estar deseando que se muera, pero hasta que eso no pase, no podemos estar juntos. ¿Y si queda mal y heredo los problemas? Basta Pedro, no podés estar así como un loco, no sos vos, no te reconozco”, se decía una y otra vez. Necesitaba despejarse y olvidar.

          A los pocos días, Lenka volvía a acompañar a su esposo al hospital. Los aguardaba el médico y su diagnóstico. “Me temo que las noticias son muy malas. Por favor, siéntense – les ordenó –.

- ¿Qué pasa ahora? – comenzó Michal.

- El tumor extirpado es maligno y ya debe haber hecho metástasis. Me temo que le quedan pocas semanas de vida.

- ¿Está seguro, doctor? – siguió ella – ¿No hay nada por hacer?

- No señora. Debo advertirle que serán días muy duros. Su esposo debe estar acompañado y requiere de atención permanente”.

          El silencio se adueñó de la sala. Salieron de allí sin pronunciar una palabra. Regresaron a su hogar y Michal se acostó. Lenka estaba desesperada y con una sensación contradictoria. Deseaba irse con Pedro pero no quería quedar como la canalla que abandonó a su marido en ese momento tan dramático. La oportunidad de ser feliz se esfumaba.

Continuará...

El Puma

Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS BONDADES DE TUCUMÁN

¡AVE CÉSAR!

DOS QUE QUIEREN VOLVER A SER