ESTO DEBE TENER UN FINAL, CAPÍTULO 4
Úrsula, yacía en el piso, al tiempo que iban desapareciendo las arrugas y el ceño fruncido que la caracterizaba. Su rostro tomaba cierta frescura, como si rejuveneciera. De pronto, creyó reconocer a la bruja como alguien que conoció en el pasado. La mujer abrió los ojos y lo primero que vio fue a Pedro arrodillado y preguntándole si estaba bien. “Me hacés acordar a alguien – esbozó él – pero no sé a quién. - ¿A Guadalupe Urzáiz, tal vez? - Sí… justamente a ella… pero… - No es que lo supe de bruja, soy Guadalupe Urzáiz. O, mejor dicho, lo era. Hace mucho tiempo. - ¿Qué pasó para que te hayas convertido en Úrsula Guaddi? - Fue la nueva identidad que adopté cuando tu hermano me rechaz...