El Puma

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Argentina venció a Uruguay por 1 a 0, en la segunda presentación del equipo albiceleste en la Copa América, en el estadio Mané Garrincha de Brasilia. El equipo dirigido por Lionel Scaloni salió a atacar de entrada y a cortar los circuitos del rival para que la pelota no llegue ni a Luis Suárez, ni a Edinson Cavani. Se vio al equipo un poco más ordenado y mejor parado con el regreso de Cristian Romero en la zaga central y el ingreso de Guido Rodríguez en el mediocampo. El otro cambio fue el de Nahuel Molina por Gonzalo Montiel, que debió ser táctico. Inmediatamente, Fernando Muslera tuvo mucho trabajo, tapando remates a Nicolás González y a Lionel Messi, errando en el rebote Lautaro Martínez (si esa misma jugada la hubiese hecho Gonzalo Higuaín, hubiesen estallado los ridículos memes).  Messi asumió el protagonismo del partido desde el comienzo y cuando eso sucede, es preocupante para el rival y gratificante para el que lo tiene en su equipo. Un centro suyo, a los 12 minutos, fue cabece

           Había mucho movimiento y conmoción en la salida de un edificio cercano al Parque Prater. Las sirenas de la policía y de un camión de ambulancia eran los sonidos dominantes. Cámaras de televisión, periodistas gráficos y radiales, fotógrafos y centenares de curiosos querían saber qué pasaba. Tan sólo se podía apreciar a los camilleros que llevaban un cuerpo tapado casi por completo a la ambulancia. Detrás de ellos, un hombre de mediana estatura y escaso cabello subía compungido y preocupado al transporte.          Llegaron al hospital un cuarto de hora después. Los médicos lo llevaron a la sala de terapia intensiva y lo conectaron a un respirador artificial. Si bien su corazón latía, no mostraba signos de vida, ni reaccionaba a los distintos estímulos. Los médicos no dejaban entrar a nadie. En la sala de espera, estaba la misma persona que lo acompañó en la ambulancia. Caminaba de una punta a la otra. Salía del hospital para poder fumar. No recibía respuestas por parte de lo

  En Argentina, las noticias de Checoslovaquia llegaban por los diarios o noticieros. Al enterarse de la caída del gobierno, Jana quiso volver a Praga para buscar a Petr y traerlo a Buenos Aires. Llamó a uno de sus amigos y éste le comunicó la noticia. Se desesperó y viajó de inmediato en compañía de Karel. Pavel y Milan se quedaron en Buenos Aires, no resistían la idea de que el padre había fallecido y se negaron a ver su tumba. Al llegar a Praga, fueron ambos al cementerio. Encontraron la lápida, Jana se arrodilló frente ella y estalló en llantos. Permaneció allí por más de media hora. Karel intentaba consolarla pero no había caso. Pero hubo que aceptar el hecho y volver a Buenos Aires empezando una nueva vida sin Petr.             La estadía de Jana en Praga fue de una semana y al volver decidió radicarse definitivamente en la Argentina. Seguía en lo de Karel, no tardaron en enamorarse y al poco tiempo se casaron. Pavel y Milan a los dieciocho años adoptaron la ciudadanía argentin

           Petr no soportaba el hecho de que su familia estuviera lejos. Por las noches solía encontrarse secretamente con un grupo de disidentes y planificaban una gran manifestación. Al llegar ese día, salieron a la plaza a gritar: "SVOBODU". Los policías llegaron y empezaron a multiplicarse en un abrir y cerrar de ojos, golpeaban a los rebeldes con sus matracas, tiraban gases lacrimógenos y disparaban agua fría con una manguera de alta presión. Los manifestantes habían jurado no usar la violencia y a pesar de todo, permanecieron ahí, gritando y resistiendo, pero finalmente tuvieron que escapar. La policía los persiguió y encarceló a muchos. Petr fue capturado fácilmente. Esa manifestación fracasó, pero los disidentes volverían pronto y con más furia. Los prisioneros fueron torturados.          Petr estaba devastado. Sus fuerzas disminuían, su enfermedad crecía, ya casi no podía hablar, tartamudeaba.          Días más tarde, sorpresivamente la gente salió temprano a la

 Argentina y Chile, al igual que hace unos días por las Eliminatorias, igualaron en un tanto en el debut de ambos en la Copa América. Muchas expectativas se generaron por ambos lados. Los trasandinos contaban con la vuelta de Arturo Vidal, quien se había perdido los partidos de Eliminatorias tras estar infectado de Covid pero, a su vez, perdieron a Alexis Sánchez, lesionado. El campo de juego mostró sus falencias a los pocos minutos de iniciado el encuentro y provocó varios resbalones y piques malos.  En los primeros 6 minutos, Chile tomó la iniciativa, controlando la pelota y llegando al borde del área albiceleste, sin poder dar bien el último paso. Vidal manejaba los hilos, a pesar de notarse falto de ritmo, su jerarquía suplía eso último. Sin embargo, con el correr del tiempo, Argentina asomó hacia el campo rival, ya que Lionel Messi y Giovanni Lo Celso comenzaban a hacerse dueños de la pelota, pero no contaron con la ayuda de Nicolás González y Lautaro Martínez, quienes andaban con

           Después de haber obtenido el título en 1991, el Newell´s Old Boys dirigido por Marcelo Bielsa parecía oxidarse. En el torneo siguiente, el Apertura del mismo año, tuvo un muy mal comienzo y una remontada en las últimas fechas, pero no tenía ni la explosión, ni la presión asfixiante que se le conocía. Y eso que estaban los mismos jugadores, en su mayoría. Al comenzar el año 1992, el conjunto de Rosario debía revalidar su credencial de campeón y, además, disputar la Copa Libertadores de América, trofeo que se le había escapado 4 años antes en la final ante Nacional de Montevideo.          Bielsa mantuvo la misma base, pero se reforzó en la delantera con el paraguayo Alfredo Mendoza, que venía de Mandiyú de Corrientes, pero de vasta trayectoria internacional, habiendo jugado en el fútbol francés y representado a su selección nacional en el Mundial de México 1986. La novedad en el mediocampo, fue la promoción desde las divisiones inferiores de Alfredo Berti y el cambio de posi