SVOBODU, CAPÍTULO 5
Petr no soportaba el hecho de que su
familia estuviera lejos. Por las noches solía encontrarse secretamente con un
grupo de disidentes y planificaban una gran manifestación. Al llegar ese día,
salieron a la plaza a gritar: "SVOBODU". Los policías llegaron y
empezaron a multiplicarse en un abrir y cerrar de ojos, golpeaban a los
rebeldes con sus matracas, tiraban gases lacrimógenos y disparaban agua fría
con una manguera de alta presión. Los manifestantes habían jurado no usar la
violencia y a pesar de todo, permanecieron ahí, gritando y resistiendo, pero
finalmente tuvieron que escapar. La policía los persiguió y encarceló a muchos.
Petr fue capturado fácilmente. Esa manifestación fracasó, pero los disidentes
volverían pronto y con más furia. Los prisioneros fueron torturados.
Petr estaba devastado. Sus fuerzas
disminuían, su enfermedad crecía, ya casi no podía hablar, tartamudeaba.
Días más tarde, sorpresivamente la
gente salió temprano a la plaza Venceslao para manifestarse. La multitud se
multiplicaba. La policía sacó a todos sus hombres, inclusive a muchos de los
que vigilaban las cárceles, ocasión aprovechada por los prisioneros para
escaparse y sumarse a la protesta. Petr estaba con muy pocas fuerzas pero se
dirigió a la plaza como pudo para alentar a sus compañeros. Se esforzaba para
gritar “svobodu” con el resto de la gente, pero apenas podía murmurar. Avanzaba
hacia el monumento de San Venceslao donde estaba concentrada la policía, miró a
su alrededor y percibió que estaba rodeado de hombres uniformados quienes lo
golpearon sin piedad. A pesar de la cruel represión, de la cual no se salvaron
ni los turistas que estaban paseando por Praga, los rebeldes no se rendían.
Finalmente, la policía dejó de reprimir
y el gobierno capituló. Después de 22 años de dictadura, el pueblo checoslovaco
era libre. Pocos días después de la derrota del comunismo, los principales
miembros del gobierno y finalmente el presidente presentaron oficialmente la
renuncia. Una vez que se fueron, asumió la presidencia el principal cabecilla
de la revolución. Praga era una fiesta. La población salió a la calle a
expresar sus sentimientos como nunca antes lo había hecho.
Petr, era otro de los tantos felices a
pesar de estar deshecho. Sabía que necesitaba atención médica urgente, pero no
quería abandonar el lugar y deseaba festejar el triunfo de la revolución. Su corazón no aguantó mucho más y esa misma
noche murió. Sus amigos, compañeros y compatriotas lo velaron en la Mala Strana
y ahí fue enterrado. Su muerte, según la autopsia que se le realizó, había sido
causada por la excesiva tortura.
Continuará...
El Puma
Comentarios
Publicar un comentario