EL SEÑOR PIANO
Existieron enormes pianistas virtuosos o, mejor dicho, grandes compositores e intérpretes del piano. Sin embargo, hubo pocos que se dedicaran exclusivamente al piano y entre ellos sobresale el nombre de Frédéric Chopin. Este compositor nació en Zelazowa Wola, a pocos kilómetros de Varsovia el 1 de marzo de 1810. Hijo de un profesor de origen francés, Nicolas Chopin, y de una integrante de una familia noble polaca venida a menos, Tekla Justyna Krzyzanowska, se instaló en Varsovia junto a su familia. El joven Frederic mostraba interés por la música y, se dice, que su incursión hacia el piano fue por influencia de su madre.
A los 20 años, tras los episodios de rebelión contra los ocupantes de Polonia, Chopin se exilió y buscó otros destinos donde podría ganarse la vida como músico. Empezó en Viena, pero no se sintió a gusto en la capital del imperio austríaco. Quería ir a Italia, pero tampoco estaban dadas las condiciones por la situación que se vivía en ese entonces en la península. Por lo que decidió tener como destino final Londres, con paso por París. En la capital francesa, fue donde finalmente se estableció. Allí, en la tierra de su padre, fue donde forjó su éxito. Su carácter algo tímido y especial lo reprimían y es su música lo que lo ayudaba a relajarse y a olvidar que muchos ojos estaban posados sobre él. Nunca se casó, aunque tuvo relaciones, primero con Maria Wodzinska, amiga suya de la infancia, con quien se había comprometido en secreto, sin embargo, tras saberse de la enfermedad que lo aquejaba, la familia Wodzinski desestimó el compromiso. Su más larga relación de todas con la escritora francesa Aurore Dupin, más conocida como George Sand, con quien estuvo durante una década. La relación fue bastante tormentosa, desde que se conocieron - donde ambos se cayeron muy mal - hasta el final, cuando la escritora publicó su novela "Lucrezia Floriani" en la que, más de uno sospechó, que estaba hablando de ella misma y su relación con el músico. En el medio, hubo una estadía en Mallorca, en la que Chopin la pasó muy mal, con su salud que se deterioró notablemente. Sin embargo, al regresar a París, tuvo una gran inspiración y compuso como nunca antes lo había hecho.
Su estado de salud fue delicado durante muchos años y, tras separarse de Sand en 1847, dejó de componer y se fue deteriorando hasta llegar al 17 de octubre de 1849, cuando falleció durante las primeras horas de ese día. Una tuberculosis acabó con su vida. En su funeral, fue entonada su melodía conocida como "la Marcha Fúnebre". Si bien su ascendencia era, en parte, francesa, Chopin siempre declaró su amor eterno por Polonia y en su tierra natal, en la actualidad, se le rinden homenajes permanentes. Desde el nombre del aeropuerto internacional de Varsovia, hasta un concurso de piano donde concertistas de altísimo prestigio han participado y ganado, tal es el caso de la pianista argentina Martha Argerich o del italiano Maurizio Pollini, entre otros.
El Puma
Pablo , muchas gracias por esta síntesis tan clara que nos aúna en cercanía a un músico universal que supo expresar los sentimientos más profundos y hacerlos música.
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