¡AVE CÉSAR!
A los 85 años, falleció
César Luis Menotti, ex jugador y entrenador argentino. Fue el entrenador que
sacó por primera vez a Huracán en el campeonato local y a la selección
albiceleste en el Mundial. Claro en sus análisis, picante con sus detractores,
fanático de Rosario Central y del fútbol lírico.
Hablar de César Luis
Menotti puede resultar fácil para muchos, sin embargo, es difícil plasmar en
palabras lo que significa el legado que dejó pocas horas atrás, cuando falleció
en un hospital de la ciudad de Buenos Aires. El “Flaco” fue un personaje
emblemático, no solamente para la Argentina, sino también para el fútbol
mundial. Catalogado de revolucionario junto al neerlandés Rinus Michels, por un
lado, y como demasiado lírico por el otro, este ex jugador nacido en Rosario el
5 de noviembre de 1938, jamás pasaba desapercibido.
Era un mediocampista fino
que jugó en Rosario Central, Racing y Boca, teniendo un paso por Santos y
Juventus de Brasil – donde finalizó su carrera – y tenía buen trato de balón y
mucha elegancia. Si bien siempre fue fanático del equipo en el que debutó en su
ciudad, su primer paso como entrenador lo hizo en la vereda de enfrente:
Newell´s Old Boys. Sin embargo, su fanatismo por el conjunto canalla era
innegociable. “Central es el único equipo que aún si lo dirige mi peor
enemigo, voy a querer que gane”, dijo en una de las tantas entrevistas que
dio. Transcribir las declaraciones más picantes, polémicas y ricas llevarían a
hacer libros de varios tomos.
Luego de su breve paso
por la Lepra, Menotti llegó a Huracán y logró, junto con un conjunto de
grandes jugadores, el único título local en la era del profesionalismo para el
equipo del barrio Parque de los Patricios. Ese equipo era recordado por
practicar un juego de alta calidad y extremadamente vistoso. Miguel Ángel
Brindisi, Carlos Babington, Roque Avallay, René Houseman, Omar Larrosa, Alfio
Basile, Nelson Chabay y Jorge Carrascosa, entre otros, lograron ese hito en
1973.
Ese título lo llevó a
dirigir la selección argentina a partir de 1974. En ese entonces, era una tarea
muy complicada, dado que los entrenadores no duraban mucho en el cargo y los
jugadores sentían que jugar con la camiseta albiceleste les restaba prestigio.
Menotti cambió esa filosofía y se estableció junto a su llegada, que el
conjunto nacional era la prioridad número uno en el fútbol argentino. A partir
de allí, con un gran trabajo de reclutamiento por todo el territorio nacional,
de armar combinados con jugadores de todos los rincones de la Argentina,
terminó armando al primer campeón del Mundo de la historia. En 1978, jugando
como local, con una base consolidada y compuesta por mucha jerarquía, alcanzó a
alzar la primera Copa del Mundo: Ubaldo Matildo Fillol, Daniel Passarella, Alberto
Tarantini, Américo Rubén Gallego, Osvaldo Ardiles, Daniel Bertoni, Mario
Alberto Kempes, Leopoldo Jacinto Luque, eran varias de esas figuras. Tanto
cambió la mentalidad que muchos jugadores tuvieron que quedarse afuera de la
cita mundialista. Menotti dejó afuera del certamen a una joven promesa: un tal
Diego Armando Maradona. Este último, si bien siempre profesó un gran respeto y
una tremenda admiración por el Flaco, jamás le perdonó esa decisión. Sin
embargo, el tiempo le dio la razón al rosarino.
Al año siguiente, con Maradona
y Ramón Díaz como emblemas, consiguió el primer Mundial juvenil para la
selección albiceleste. A la base campeona de 1978, les sumó a esas dos promesas.
Todo hacía pensar que Argentina repetiría el logro en 1982, sin embargo, nada
de eso sucedió. Luego de ese Mundial, Menotti terminó su ciclo con la selección.
Con un gran recorrido,
tanto en equipos de liga como también un paso por la selección mexicana (armó
la base del equipo finalista de la Copa América de 1993 y que participó en el
Mundial de 1994), sus características eran siempre las mismas: equipos
ofensivos, jugadores con libertad de acción y la infinidad de cigarrillos que
consumía durante los 90 minutos. Tuvo pasos por Barcelona y Atlético Madrid, en
España, por Sampdoria, en Italia, Peñarol de Uruguay, Puebla y Tecos en México,
además de Boca Juniors, River Plate, Independiente (habiendo sido jugador de Racing)
y su amado Rosario Central.
Sin embargo, su último acto
fue asumir como director general de la selección argentina en 2019 hasta el
último día de su vida. Allí pudo ver como el cuerpo técnico liderado por Lionel
Scaloni le daba la tercera Copa del Mundo al conjunto albiceleste. El Flaco fue
uno de los grandes referentes y uno de los extremos de la grieta futbolística
argentina. Su abierto enfrentamiento a Carlos Salvador Bilardo era conocido por
todos y hasta muy crudo. No viene al caso tomar partido por uno o por otro,
dado que ambos personajes tuvieron enorme importancia en este deporte. El
título obtenido en Qatar dio vuelta la página y dejó esa grieta como un
recuerdo. El Flaco se fue y dejó un gran legado. El mundo del fútbol se pone de
pie y le rinde homenaje.
Gracias Puma! Una pregunta, por qué quitaba prestigio jugar en la selección argentina ante de la llegada de Menotti?
ResponderEliminarPorque ir a la selección era ir a quemarse. Todo era desorganización y nadie se tomaba a la selección en serio. No habia proyectos y los dts no duraban.
EliminarMuchas Gracias Puma!! La verdad una gran pérdida!
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