PENSANDO EN VOZ ALTA: NO TRATES DE ENTENDERLO

 

    Poco tiempo atrás, al referirse a los campeonatos argentinos, Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A) dijo con una sonrisa de oreja a oreja: "No trates de entenderlo, disfrutalo". Eso en el marco de demagogia, cinismo y hasta de burla abierta a todos los futboleros de la República Argentina. Abiertamente cometió un enorme sincericidio blanqueando la falta de reglas claras, cambios sobre la marcha y muchísimas polémicas que se ven fecha tras fecha. Anular un descenso en medio de la temporada parece ser algo muy normal. Cambiar el status de los títulos y encima hacerlo en forma retroactiva, también se está volviendo algo común. ¡Y eso en la primera categoría del fútbol argentino! Ninguna liga del planeta tiene 28 equipos... excepto Argentina. ¡Ni hablar de lo que sucede en las divisiones de ascenso! ¿Alguien puede nombrar, sin repetir y sin soplar, cuantas competencias fuera de la Argentina tienen 37 equipos? Sí, acertó: ¡ninguna!

    Sin embargo, al tener a la selección campeona del mundo, al titular de la A.F.A pocos se animan a criticarlo en público. Con la excusa de que "si sos campeón del mundo tenés razón y podés hacer lo que querés", Tapia se volvió intocable. Hay que separar la paja del trigo. Que la selección argentina haya obtenido la última Copa del Mundo disputada hace un año en Qatar, amén del porcentaje en el mérito que "Chiqui" pueda tener, es una realidad. También lo es que la competencia local es paupérrima. Pocos equipos se ven con identidades definidas y en los partidos reina el temor y la especulación. El mensaje bajado por los eruditos de los medios masivos es acorde a tanta mediocridad. Ni el campeón tiene razón siempre, ni irse al descenso es un drama. Para empezar, se debe tratar al fútbol como lo que es: un juego y no un drama. 

    Hace mucho tiempo que los campeonatos locales no son normales. Desde establecer el sistema de promedios, que sirvieron para beneficiar a equipos denominados grandes, hasta llegar a tener tres campeones en un mismo año, pasando por la anulación de un descenso y cambiar títulos de copas nacionales por ser campeones del fútbol argentino, ha pasado absolutamente de todo y el nivel ha empeorado año tras año. Los clubes están fundidos en su mayoría, por manejos irresponsables de dirigentes demagogos y gastadores seriales. Ninguno de ellos debió responder por sus actos, aunque tampoco los han denunciado. O, mejor dicho, tibias denuncias iniciales no han prosperado. 

    Volviendo a la frase citada inicialmente, es muy difícil entender lo que pasa ya que las reglas no son claras. De disfrutar, ni hablar. Es imposible disfrutar un partido de esta liga, que cada vez arranca más bostezos de hipopótamos que caras de asombro o de alegría. 

El Puma