DE ÚLTIMO A CAMPEÓN EN DOS TEMPORADAS Y MEDIA
A comienzos de 2018, de la mano de David Beckham y otros inversores, se fundó el Club Internacional de Fútbol Miami, luego denominado Inter Miami. El ex futbolista inglés, quien incursionó en la Major League Soccer en sus últimos años de actividad jugando para Los Angeles Galaxy, decidió invertir y ser uno de los propietarios de un club, y nada mejor que hacerlo en el estado de Florida. Las "garzas" - apodo del equipo - sin embargo, estuvieron dos años hasta que pudieron debutar en la liga, debido a que no tenía un estadio en donde jugar. Finalmente, se establecieron en el Chase Stadium de Fort Lauderdale, en las afueras de la capital de la Florida.
Tras un par de temporadas entrando a los playoffs, pero transitando sin pena ni gloria, llegó el peor momento de su corta historia. Durante la temporada 2023, a mitad de la misma, se encontraba en el último lugar de la conferencia este y era el de peor puntaje en la liga en general. Fue entonces cuando se produjo la primera revolución futbolístico marketinera: llegó al club nada menos que Lionel Messi, multicampeón de clubes con Barcelona y campeón del mundo con la selección argentina un año antes. Llegaba proveniente de Paris Saint Germain, donde obtuvo dos títulos de liga, pero donde no estuvo a gusto y fue muy maltratado tanto por los fans propios como por la prensa francesa.
Con el desembarco del capitán argentino, llegaron los españoles Sergio Busquets y Jordi Alba, laderos suyos en Cataluña, además de Gerardo Martino como entrenador, a quien conocía tanto de Barcelona como de la selección albiceleste (con dos subcampeonatos de América) ambas veces con un efímero paso, el equipo comenzó a levantar. Si bien tuvo un envión tremendo, el mismo no alcanzó para llegar a los playoffs. Había que apostar fuerte en la siguiente temporada, y así se hizo. Llegaron el uruguayo Luis Suárez, los argentinos Federico Redondo (hijo del histórico volante central de Real Madrid) y Oscar Ustari, este último regresando del retiro, para intentar pelear por el título.
Messi seguía deslumbrando a propios y a extraños, llenando estadios tanto jugando de local, como de visitante. Si bien la exigencia no era la misma que en Europa, la "Pulga" siempre compitió, como lo hizo a lo largo de toda su carrera. El equipo mejoró su rendimiento de cabo a rabo, obteniendo el primer lugar de su conferencia, además de haber sido el equipo mejor ubicado en una tabla general. Sin embargo, cayó en la primera instancia de los playoffs, provocando la renuncia de Martino. En su lugar, asumió otro viejo conocido de Messi: Javier Mascherano. Este último, de muy destacada carrera como jugador, no venía con los mejores antecedentes como entrenador tras dos fracasos estrepitosos a cargo del seleccionado juvenil sub 20 de Argentina. Su asunción en Miami produjo más dudas que certezas.
Sin embargo, los resultados fueron mostrando algo diferente. Tras una destacada actuación en el Mundial de Clubes, siguió reforzándose con más argentinos y, especialmente, con uno que hizo mucho ruido: Rodrigo De Paul. Con la llegada del volante de Atlético de Madrid, Messi completó el equipo que necesitaba para ser campeón de la liga. Y lo logró. Tras volver a ganar su conferencia, debía mejorar su actuación en los playoffs. En la final, derrotó a Vancouver por 3 a 1 y revirtió en dos años y medio diametralmente la imagen del equipo. De mendigo a millonario, de último a primero, o cualquier título que se desee poner a esta aventura, son elementales para describir lo que un fenómeno como Lionel Andrés Messi puede provocar. Con este último título, al capitán de la selección argentina ya no le queda más nada que demostrar, lo que queda, es de yapa.
El Puma
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