¡DE GUAPO!

 

Imagen: Diario AS

    Argentina venció a Brasil por 1 a 0 en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro. El conjunto albiceleste sorteó un escollo más que difícil, no solamente por tratarse de Brasil, sino porque debió soportar un escenario violento y hostil. El partido empezó casi media hora más tarde de lo pactado por episodios de violencia entre los hinchas argentinos que se acercaron al estadio y la policía local. Ante ese panorama, Lionel Messi, capitán albiceleste, decidió retirar al equipo de la cancha hasta aparecieran las garantías necesarias para iniciar.

    En los primeros 25 minutos, el juego fue demasiado friccionado rozando lo brusco con dominio local, sin tampoco llegar a ser muy claro. La defensa visitante se mostró más sólida y frustró los ataques brasileños con la firmeza de Cristian Romero y Nicolás Otamendi en la última línea y la solidez de Emanual Martínez en el arco. La "canarinha" fue copando el mediocampo, ahogando al equipo argentino en la salida y en el abastecimiento al ataque, anulando a Messi y dejando demasiado solo a Julián Álvarez. 

    En el segundo tiempo, el trámite fue bastante similar, aunque los dirigidos por Lionel Scaloni se mostraron más ordenados y prolijos, dando la sensación de que podrían aprovechar una ocasión clara que pudieran tener. Y si algo demostraron los actuales campeones del mundo es que no les falta pragmatismo. La jugada llegó con un tiro de esquina ejecutado por Giovanni Lo Celso y un certero cabezazo conectado por Otamendi. 

    Argentina se llevó tres puntos de oro, como visitante, en un clásico, consolidó su liderazgo y encima le propinó a Brasil su tercera derrota consecutiva en las eliminatorias. La nota final, más para los medios sensacionalistas que para los hinchas albicelestes, es la declaración de Scaloni "poniendo en duda" su continuidad. En algún momento se irá, como lo han hecho todos. Sin embargo, lo más importante en la noche de Rio de Janeiro es que ganó Argentina y que lo hizo de guapo.

El Puma