PENSANDO EN VOZ ALTA: TIENE MUY POCO MARGEN DE ERROR


 

    ¿Qué decir de nuevo que no se haya dicho o escrito sobre el ciclo de Martín Demichelis? Los números fríos lo respaldan, algunos resultados y, especialmente, rendimientos, lo condenan. El equipo juega de una manera en el estadio Monumental y de otra muy diferente cuando sale. Como local es casi imbatible, como visitante es altamente vulnerable. ¿Cómo es eso posible?  ¿Falla el plantel? ¿Falla el entrenador? ¿La dirigencia? Un poco de cada uno. El plantel es uno de los más cotizados del continente, ¿quién no querría en su club hasta a uno de los suplentes de River? Sin embargo, hay rendimientos individuales muy bajos y con olor a fin de ciclo. Se dice que esos serán los que se vayan, ahora la pregunta que debieran hacerse es ¿qué pasó para que esos jugadores hayan bajado tanto el rendimiento? Héctor David Martínez, un titular indiscutido del campeón de 2021, convocado a la selección paraguaya es hoy un completo desconocido cuando entra a la cancha. Agustín Palavecino, otro indiscutido de ese equipo ganador es una sombra de lo que fue. ¿Qué pasó con ellos? Lesiones, falta de confianza son las primeras razones que surgen, pero ¿el argumento es suficiente? Otros nombres propios no han rendido ya sea por lesiones o por apurarlos. Gonzalo Martínez, héroe del campeón de América 2018 llegó recuperándose de una rotura de ligamentos cruzados de su rodilla y hoy volvió a lesionarse... de la misma manera. Manuel Lanzini, otrora refuerzo de lujo, es todavía esperado en cuanto a rendimiento. ¿Se olvidaron de jugar? Difícil de creer. Ramiro Funes Mori estuvo más tiempo en la camilla que jugando. Ignacio Fernández sigue siendo importante, aunque no rinda ni la mitad de lo que solía hacer. 

    Como se ve, los problemas son muchos en el plantel. ¿Qué responsabilidad le cabe al entrenador? Martín Demichelis se metió en un laberinto del que, evidentemente, le está costando salir. Por mientras, alterna buenas y malas. Estas últimas son menos, pero pegan más fuerte. La eliminación ante Temperley en la Copa Argentina, la derrota con Boca en la Copa de la Liga donde fue altamente superado durante los 90 minutos y la caída previa al receso ante Deportivo Riestra, hacen mucho ruido, demasiado. Carteles pidiendo la cabeza del entrenador. Como hombre nacido en el club, no va a querer renunciar e irse por la puerta de atrás, sino que buscará revertirlo. ¿Podrá? ¿Tendrá con qué? 

    ¿Qué papel juega la dirigencia en todo esto? Por lo que se sabe o se demuestra, no hay ni la más remota intención de prescindir de los servicios de Demichelis. Las razones son dos: o se confía en el entrenador desde la cúpula, o no hay un candidato en mente para reemplazarlo, por lo menos en lo inmediato. Ahora ellos también se jugarán una parada dura, con el próximo mercado de pases y reforzar el equipo para intentar lograr el objetivo más preciado: la Copa Libertadores de América. Tuvo una zona de grupos relativamente tranquila como para finalizar como el mejor primero y definir las series en el Monumental. Ahora, si el rendimiento sigue siendo tan malo como visitante, puede no servirle para nada. Los próximos dos meses hasta la reanudación tanto del campeonato local como del torneo continental serán vitales. Aquí es cuando las tres patas deberán funcionar: jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Ya se perdió la Copa de la Liga, ya se quedó afuera en la Copa Argentina y el margen de error es cada vez menor. 

El Puma

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