PARTIDOS INCREÍBLES: ESTABA CASI PERDIDO Y EN 20 SEGUNDOS LO GANÓ

 


El torneo clausura 2002 estaba llegando a la etapa de definición. El 28 de abril de ese año, por la fecha 16, se enfrentaban River Plate, líder del certamen hasta ese entonces, y Racing Club, uno de los escoltas y el campeón defensor. En el estadio Monumental, el equipo de Núñez, dirigido por Ramón Díaz tenía momentos de buen juego y otros en los que dejaba dudas. El riojano no llegó a ser cuestionado, puesto a que tenía espaldas de sobra para permitirse algunas actuaciones bajas. Sin embargo, había un reclamo sostenido por parte de un gran número de hinchas: debía darle más minutos al paraguayo Nelson Cuevas. 

Racing se acababa de sacar una mochila muy pesada de 35 años sin ser campeón local, con descenso incluido y hasta corrió serio riesgo de desaparecer. Tanto la política nacional, como su gran cantidad de hinchas mantuvieron con vida a la "Academia". Tras lograr mantenerse en actividad, el club pasó a ser gerenciado por la empresa Blanquiceleste S.A., presidida por Fernando Marín. Se contrató a Reinaldo Merlo como entrenador y este, bajo el lema de ir paso a paso, fue construyendo a un equipo campeón que lejos estaba de descollar, pero que derrochaba voluntad y corazón en el campo de juego. 

El partido se jugó como se esperaba en un principio: River teniendo la pelota y acercándose más veces al arco rival, mientras que Racing esperaba agazapado alguna oportunidad para intentar un contragolpe. En los primeros minutos del segundo tiempo, los de Avellaneda sufrieron la expulsión de Adrián Bastía y debió pararse más atrás para contener el embate de los locales. En el minuto 39, Racing consiguió un tiro libre directo al borde del área y se vio beneficiado por una irresponsabilidad del arquero Ángel David Comizzo, quien agredió a Francisco Maciel y fue expulsado por el árbitro Daniel Giménez. Ramón Díaz ya había agotado los cambios con el último que realizó, haciendo ingresar a... el solicitado Cuevas. Sin más modificaciones para realizar, un muy joven Martín Demichelis fue quien se puso el buzo de arquero. 

Estaba todo servido para la épica de Racing. Gerardo Bedoya era quien, se suponía, iba a patear al arco. Pero sorprendió a todos solo tocando la pelota para que viniera desde atrás Maximiliano Estévez a saltar y dejarle a Claudio Úbeda la posibilidad de patear muy fuerte al arco. Sin embargo, el remate rebotó en la barrera. Cuando los de Avellaneda se aprestaban a continuar con la jugada, Ricardo Rojas con una intervención rápida, se anticipó con un cabezazo y luego salió hacia adelante con pelota dominada. La defensa académica estaba mal parada y el lateral paraguayo dio un pase hacia adelante que habilitó a Cuevas. Este último se fue solo encarando a Gustavo Campagnuolo, arquero de Racing, a quien eludió y definió con el arco vacío. Del casi gol de Racing al tanto de River pasaron apenas 20 segundos. 

Con ese resultado, los dirigidos por Ramón Díaz dieron un paso fundamental hacia la obtención del campeonato, que finalmente obtuvieron una fecha antes del final. Los hinchas estaban felices por el triunfo, por la forma y porque también sentían que habían estado acertados en pedir al delantero guaraní con tanta insistencia. Este fue, sin dudas, un partido inolvidable, no por su desarrollo, sino por ese cierre dramático del final. Entre 90 minutos del encuentro, 20 segundos fueron suficientes para, tanto los hinchas de River y de Racing, se acuerden de este 1 a 0.

El Puma

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