REPORTAJES DE BORIS STEPANEK: TORE HALVERSEN, PARTE 3

 

- En pocos meses pasaste de jugar en inferiores a ser campeón con la primera. ¿A qué atribuís eso?

- Lo bueno que tiene el fútbol es que no es una ciencia. Hay un poco de todo. Ayuda, esfuerzo personal y algo de suerte.

- ¿Pensaste que ibas a jugar cuando te llamaron para concentrar?

-  No. Es muy poco probable que hagan debutar a un chico en un derby. Conmigo, Freitas tuvo una reacción desesperada y me puso faltando cinco minutos.

- ¿Qué pasó por tu cabeza en el momento que te llamó?

- Me transformé. Ya ni estaba siguiendo el partido. Estaba pensando que esa noche debía estar en Jacho Town en la casa de los Filippi. De pronto, cuando me llamaron, todas esas ideas se borraron automáticamente. Yo había observado durante el primer tiempo al rival y me di cuenta de donde estaba su debilidad.

- Había que poner esas ideas en práctica.

- Me tuve toda la fe para ejecutar eso. Por eso entré sabiendo lo que debía hacer.

- ¿Freitas qué te había dicho?

- No recuerdo. Ni siquiera él debe haber entendido lo que dijo. Yo sabía qué hacer y, sobre todo, debía tratar de hacerlo rápido.

- Él estaba en la cuerda floja.

- ¿Quién?

- Freitas.

- Ah, sí. El equipo no andaba bien, la gente lo cuestionaba y minutos antes de que yo entrara, lo empezaron a insultar. Después se agrandó.

- Porque salieron campeones.

- Así es.

- Inmediatamente después, llega River. ¿Cómo fue eso?

- Perdone que le cambie el tema. Estamos llegando a destino. Entramos, no acomodamos y seguimos".

Continuará...

Boris Stepanek