FRONHA: LOS ANDERSON AL ESTRADO, CAPÍTULO 5



-         ¿Qué me dice del encarcelamiento de Felicidad González?

-         Pues esa mujer fue juzgada por acoso. La justicia la encontró culpable.

-         ¿Y por qué firmó usted el indulto justo el día anterior a dejar el poder?

-         Pues porque creo que ya era suficiente condena.

-         ¿Qué me dice de Héctor Panigassi?

-         ¡Ay! ¡Pobre hombre!

-         Sí, yo digo lo mismo. Usted liberó a la persona que lo acosaba. ¿Y qué sucedió después?

-         No lo sé.

-         Pues se lo diré. Felicidad González se apersonó en la casa de Héctor Panigassi, acosándolo y provocándole un infarto.

-         ¡Por Dios! No lo sabía.

-         ¿Y que me dice de la vez que lo envió a él, a su hijo y un amigo al departamento de Jola Fatousch?

-         Yo jamás hice eso.

-         ¿Por qué el hijo de Héctor Panigassi declaró eso?

-         Pues calculo porque es un mitómano.

-         ¿Y por qué el susodicho desapareció a horas de hacer esa denuncia?

-         No sé.

-         ¿Me quiere decir que usted no sabía nada de lo que pasaba?

-         Mi presidencia fue completamente democrática. No me inmiscuyo en problemas ajenos.

-         ¿Usted sabe donde está el hijo de Héctor Panigassi?

-         No tengo la menor idea.

-         ¿Por qué Héctor Panigassi, su hijo y un amigo al que llamaban Fonzo fueron al departamento de Jola Fatousch?

-         ¡Y yo qué sé!

-         Usted gobernó este país durante cinco años y no sabía nada. ¿Qué clase de presidente era usted?

-         Objeción, señoría, intervino Tedd. No estamos aquí para hablar de política.

-         Ha lugar, expresó el juez con un tono de voz que denotaba aburrimiento.

-         Retiro la pregunta. Hablemos de Xavier Bigottini y sus multifunciones.

-         Un muchacho muy capaz.

-         ¿Qué me dice de sus funciones?

-         Que las cumplió a la perfección.

-         ¿Era su soplón?

-         ¡Por favor! Ese calificativo es para mediocres. Este país necesita a muchos Xavier Bigottini.

-         ¿Qué me dice de la gente que envió a la muerte?

-         Nadie envió a la muerte a nadie. Hubo juicios y condenas constitucionales. Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada.

-         No más preguntas, por ahora, su señoría”.

Continuará...

El Puma

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