PENSANDO EN VOZ ALTA: EL SHOW DEBE CONTINUAR
La comunicación es una herramienta fundamental para la convivencia dentro de una misma sociedad o con otras sociedades. En las últimas décadas, infinidad de personas buscan ser comunicadores para ganarse la vida y cada vez son más para menos lugares. La profesión en la que se desempeñan los comunicadores es la de periodismo. ¿Qué significa esto último? La primera definición, y la más simple, determina que es actividad profesional que consiste en la obtención, tratamiento, interpretación y difusión de informaciones a través de cualquier medio escrito, oral, visual o gráfico. Hilando un poco más fino, el propósito principal del periodismo es dar a los ciudadanos información veraz y oportuna para hacer valer sus derechos ante la sociedad, además, mayormente es utilizada por los medios de comunicación para transmitir noticias, opiniones o críticas que enriquezcan al público. El periodista debe tener como principales características la veracidad, la objetividad (este último punto es discutible dado que el periodista es un sujeto, aunque se puede mencionar a esta característica como el poder apartarse de la subjetividad), la ética y la imparcialidad. En definitiva, el periodista es un servidor público cuya tarea es mantener a la población informada de lo que está sucediendo en los distintos ámbitos. Para ello, el periodista también debe ser una persona leída y culta, pues debe estar familiarizado con los temas que toca.
Todo lo puesto anteriormente, ¿cuántos lo aplican realmente? Muy pocos, por no decir ninguno. La imparcialidad no existe. Se ven medios con una línea editorial determinada y periodistas mercenarios repitiendo esa línea, defendiendo personas, instituciones, partidos políticos, empresarios o atacándolos según en qué medios estén trabajando. Se dan primicias sin chequear, se borra con el codo lo escrito con la mano y, según los vientos que soplan, se cambian las opiniones. Parafraseando al cómico Groucho Marx: "estos son mis principios, y si no les gustan... tengo otros". ¿Cuántas veces se han visto a hombres de prensa trabajando en un canal de televisión y atacando a un gobierno para luego irse a otro canal y defenderlo?
Ser periodista requiere una gran responsabilidad. Hoy es un mero opinólogo que se cree más importante que la noticia que difunde (que son más panfletos propagandísticos más que noticias), piensa que es más importante que el entrevistado que tiene enfrente o que la realidad. Es una prima donna que grita insensateces en un panel, da primicias que luego no se cumplen y de las que nadie se hace cargo. Las mismas personas que mienten permanentemente siguen en sus puestos de trabajo sin que se les mueva un solo músculo de la cara. Pedir perdón no está ni siquiera en su cabeza.
El periodismo, lejos de su naturaleza está en sus propias antípodas. Es todo un show de personas ignorantes, mal educadas, que se creen importantes y que, cada vez, menos gente consume. Se ha informado del fallecimiento de personas que no habían muerto, se "denunciaron" hechos falsos, se informan situaciones que no suceden, pero nadie se hace responsable. Todo se tapa en esa vorágine instantánea y una mentira tapa a la otra. Bien lo decía Freddie Mercury en la canción Scandal, en 1989: "Today the headlines, tomorrow hard times, and no one ever really knows the truth from the lies". ("Hoy los títulos, mañana los tiempos duros y nadie sabe realmente la verdad de las mentiras") Todo sea por el espectáculo patético y grotesco. Siguiendo con títulos de la banda británica Queen, el show debe continuar.
El Puma
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