IL PRETE ROSSO

 


Durante el período del Barroco, muchos músicos fueron protagonistas, entre los más notorios figura el italiano Antonio Lucio Vivaldi. Este violinista notable, nacido en Venecia el 4 de marzo de 1678, además de ser un gran compositor, era también sacerdote. Le decían "il prete rosso", es decir el cura rojo, por ser sacerdote y además por ser pelirrojo. Vivaldi fue un inspirador para Johan Sebastian Bach, contemporáneo suyo. A pesar de que ambos viajaron mucho, jamás se han encontrado personalmente, pero el alemán era un admirador de Vivaldi, y adaptó varias sonatas al clavicordio que el prete rosso había compuesto para el violín. 

Devenido en violinista por su padre Giovanni Battista, que oficiaba como peluquero antes de destacarse como violinista. El mismo firmaba como Giovanni Battista Rossi, siendo miembro de fundador del Sovegno dei musicisti di Santa Cecilia, violinista en la orquesta de la Basílica de San Marcos y se lo conocía como Gianbattista o como "rosso" (rojo). 

El veneciano componía sus obras para un hogar de niños abandonados, conocido como el Ospedale della Pieta, mientras también ejercía como sacerdote. Aunque esto último se le hacía más difícil debido a su condición de asmático. Por culpa de ese mal que lo afectó desde su juventud hasta su último día de vida es que Vivaldi debió renunciar a dar misa, puesto a que no podía terminar por culpa de ataques de asma que sufría mientras estaba en el altar. Sin renunciar ni a su fe ni a su condición de hombre de Dios, seguía componiendo y, a su vez, era maestro y Maestro de Capilla. 

Entre sus obras más conocidas se encuentran "L´estro armonico" o "las cuatro estaciones", además de misas cantadas. Si bien su talento y su obra era venerada, tenía con el Ospedale della Pieta una relación por momentos tensa. Cada vez que hubo que renovarle su puesto, la votación no era unánime, incluso hubo un período en el que no continuó. El hospicio reparó su error poco tiempo después al readmitirlo en forma unánime. 

Con el pasar de los años, Vivaldi componía mucho y ganaba poco. Su talento era apreciado en la teoría y los elogios, pero no monetariamente. Llegaron a pagarle un ducado por cada concierto. Ante ese panorama, y ya siendo una persona mayor, decidió abandonar su ciudad natal. Era esperado en Dresden, pero en el camino se detuvo en Viena, solicitado por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos VI. Para desgracia de Vivaldi, el emperador falleció al poco tiempo. Afectado por su precaria salud, permaneció en Viena hasta su muerte, el 28 de julio de 1741.

Al fallecer, fue completamente olvidado y su música pasó de moda. Tuvieron que pasar dos siglos para que volviera a escucharse y a apreciarse. El compositor es hoy un ícono de Venecia, de Italia y de la música. Afortunadamente, después de un tiempo de receso, la música de Vivaldi vive y vivirá en la eternidad. 

El Puma

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