SUPERCOPA SUDAMERICANA: OLIMPIA RATIFICÓ SER EL MEJOR EQUIPO DEL AÑO EN SUDAMÉRICA

 


Imagen: Paraguay Hoy

La Supercopa sudamericana crecía año a año tanto en las ganas que tenían los equipos de ganarla, como en el interés de los hinchas. En 1990, tras un reacomodamiento de las distintas ligas por la sangría de futbolistas que se marchaban más y más a Europa, fue Olimpia de Paraguay quien logró mantener su plantel y ser el amo y señor del continente. Primero obtuvo la Copa Libertadores de América, siendo el único que ganó los dos trofeos en el mismo año.

Con un equipo que ya se conocía de memoria, dirigido por el histórico Luis Cubilla y contando con mucha veteranía, pero en plenitud, Olimpia se mostraba como un hueso muy duro de roer. En la primera ronda, debió enfrentar a River Plate. Para sorpresa de propios y extraños, el primer partido en el estadio Monumental fue goleada a favor de los argentinos por 3 a 0 y la certeza de una clasificación en Asunción. Sin embargo, como reza un viejo adagio: "Nunca se debe subestimar al corazón de un campeón". El rey de la Copa Libertadores sacó su mejor repertorio, arrinconando a un equipo con exceso de confianza y haciéndole sentir el rigor y la presión jugando como local. El estadio Defensores del Chaco vio como Olimpia venció por 3 a 0 a River, lo obligó a la definición por penales y lo eliminó por esa vía. 

En los cuartos de final, aparecía Racing que venía de eliminar a Cruzeiro en una reedición de la primera final del certamen. Fue empate en un tanto en Avellaneda para luego florearse en Asunción con un contundente 3 a 0 dejando afuera al primer campeón y enfrentar en la semifinal a un histórico como Peñarol de Montevideo. 

Olimpia viajó a la capital uruguaya y cayó por 2 a 1. El resultado, a pesar de la derrota, no era para nada negativo teniendo en cuenta el antecedente con River. Si los paraguayos pudieron revertir un 3 a 0 en contra, un 2 a 1 sería algo más sencillo, a pesar de que - claro está - el partido debe jugarse. No hubo lugar para sorpresas y esta vez el monarca duplicó su producción de goles como local, ganando por 6 a 0 en forma aplastante.

En la final lo esperaba el otro grande del fútbol oriental: Nacional. Si en varias de las series dejó algo de suspenso, en el partido definitivo decidió ser pragmático y no darle a su rival ni un poco de acción. En Montevideo, lo venció por 3 a 0 y en Asunción jugando un poco más relajado, lo igualó en 3 tantos. Entre los veteranos de ese histórico plantel estaban el arquero Ever Almeida, de origen uruguayo, pero luego naturalizado paraguayo y protagonista de lujo de la selección guaraní. Adriano Samaniego, Raúl Vicente Amarilla, Joge Guasch, Gabriel González eran los baluartes de este equipo en ese año, 1990, que fue el último que rindieron en su máximo nivel. Todos ellos pusieron a Olimpia en lo más alto y en uno de los mejores años de su rica historia. Solo le faltó la Copa Intercontinental donde enfrentó al poderoso Milan dirigido por Arrigo Sacchi. Sin embargo, nadie le quitó lo bailado y mucho menos el título de mejor equipo de Sudamérica en 1990

El Puma

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