PENSANDO EN VOZ ALTA: UN CUENTO DE GALLEGOS

 


¿Si la noticia es que el Balón de Oro lo ganó un futbolista español, madrileño él, y quienes más ruido hicieron oponiéndose a ello fueron madrileños (madristas, mejor dicho), es creíble? Créase o no, es cierto. Rodrigo Hernández, Rodri para el ambiente, futbolista de Manchester City, figura de la selección española en la última Eurocopa fue quien se llevó el Balón de Oro en esta temporada. Fue sorpresivo, puesto que, hasta hace pocos días, se daba por hecho que quien lo iba a ganar era el brasileño Vinicius Junior, delantero de Real Madrid. 

¿Está bien que se lo hayan dado a Rodri? Sin dudas. Multicampeón con su equipo, mejor jugador de la Eurocopa y campeón de esta última con la selección española. ¿Por qué fue sorpresivo, entonces? Pues porque es un jugador que no tiene demasiada prensa, además de tener un perfil muy bajo. ¿Está bien que no se lo hayan dado a Vinicius Junior? Por supuesto que sí. El brasileño es un buen jugador, está en uno de los clubes más importantes del mundo y es titular indiscutido. Sin embargo, tampoco es el mejor en su equipo. Jude Bellingham, Kylian Mbappé o Dani Carvajal hicieron más méritos como para llevárselo también. El carioca, sin embargo, no fue determinante en su selección, siendo partícipe de un fracaso estrepitoso en la Copa América. Por otra parte, es eje permanente de polémicas durante los partidos, en los que se encarga de chicanear a sus rivales o de provocar a los públicos rivales, para escudarse en el racismo cuando sus ataques son respondidos. No hay dudas de que podrá obtener esa distinción en algún momento de su carrera, pues condiciones no le faltan.

Dicho todo esto, el hecho más curioso fue la furia desatada en el aparato mediático de Real Madrid. Los empleados del club capitalino, autopercibidos periodistas por tener un micrófono y trabajar en un medio de comunicación, salieron a hablar de un complot contra "la casa blanca" o de la "poca seriedad" que tiene ese premio, cuando el club fue elegido como el mejor equipo del año y su entrenador, Carlo Ancelotti, como el más destacado. Y lo más insólito es que su fanatismo ciego no les permite ver la importancia que fue este logro conseguido por el fútbol español, donde un futbolista nativo obtuvo por segunda vez en la historia el Balón de Oro - ya lo había obtenido Alfredo Di Stéfano para España, aunque el mismo era de origen argentino y se nacionalizó español, el primer ibérico en obtenerlo fue Luis Suárez -. Todo esto que parece un chiste, es real. Podría decirse que es auténticamente un cuento de gallegos.

El Puma

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