EL DÍA DE GLORIA, CAPÍTULO 3 (FINAL)


 

Mientras tanto, Rodrygo Martines se aprestaba a patear el tercer penal para Defer. Se lo veía relajado y muy tranquilo. Tomó carrera, el arquero se apuró a tirarse y Martines solo tuvo que picarla al medio del arco. 3 a 0 y la obligación de convertir para Cherquis. “Ahora sí viene el Negro puto”, pensó Nacho, pero mayúscula fue su sorpresa cuando vio que quien venía a patear era Jeremías Balinardi. Este iba con cara seria y determinada. Nacho se reía casi a carcajadas. “Mirá quien viene, el cornudo. Si supiera como le hice relinchar a la mujer”, pensó para sus adentros. Joao Batista miraba a Vázquez buscando una respuesta, a lo que el habitual titular le respondió: “Este pelotudo se va a hacer echar y lo voy a tener que cagar a trompadas”. Nacho estaba lejos de todo y seguía con esa expresión sarcástica en su cara. Balinardi tomó carrera y pateó a la izquierda, pero se encontró con las manos de Nacho, quien voló para ese lado y con un estilo digno de un gran arquero, desvió el remate. Salió corriendo a festejar junto a sus compañeros y el cuerpo técnico, mientras que los hinchas del Cherquis iban vaciando la tribuna y unos nubarrones negros habían tomado el cielo. Los jugadores de Defer se quedaron festejando en la mitad de la cancha y se dirigieron hacia su parcialidad. Alzaron a Nacho en andas, como haciendo una ofrenda a todos esos hinchas que cantaban bajo la lluvia torrencial que acababa de desatarse. Nacho alzaba las manos y disfrutaba de ese homenaje realizado por sus compañeros e hinchas.

Estando arriba de los hombros de Xavier Falbee comenzó a sentirse mal. Le agarró una repentina descompostura, teniendo flatulencias repetidas. Su compañero no pudo soportar más y ambos cayeron al piso. Nacho cayó sobre su espalda y sintió un fuerte dolor. Cerró los ojos durante un buen rato y sintió un olor nauseabundo cerca de él. Se sentó en el piso y al abrir sus ojos, notó que estaba en su cuarto y que se había caído de la cama. Sin embargo, el aroma no había desaparecido, como tampoco su descompostura. Se levantó para ir al baño, en pijama y su gorro con pompón. La parte de atrás estaba completamente sucia y debió ir a bañarse, para luego volver a acostarse y tratar de descansar. La final que debía disputar contra el Cherquis era al día siguiente.

El Puma

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