REPORTAJES DE BORIS STEPANEK: PEDRO VLAOVIC, CAPÍTULO 11 (FINAL)
- La enterraron junto a tu viejo y a Daniel.
- Sí. En el entierro éramos pocos. Vino mi vieja. Nos peleamos feo. Estaban los padres y tíos de Mercedes. Fue un papelón.
- ¿Te viste con la familia de ella?
- No, se alejaron. No querían saber nada de nosotros. Y no los culpo.
- Sigamos con lo que vino después.
- Hice de todo para que me manden afuera. No quería seguir en Buenos Aires. Finalmente, le rompí tanto los huevos a los directores, que me mandaron a España. En el medio, apareció Andrea.
- ¿Cuánto tiempo pasó desde Mercedes a Andrea?
- Casi cuatro años.
- ¿Cómo se conocieron?
- En el diario. Pero ella también era locutora. Muy talentosa y culta, además de estar más loca que una cabra.
- ¿Se casaron muy rápido?
- Totalmente. Me enamoré de su locura y espontaneidad.
- ¿Y qué pasó?
- Me fui a Madrid y ella se quedó. Siempre estaba por venir, pero empezó a tener más laburo acá y la magia se fue terminando poco a poco. Hasta que pasó lo inevitable: me metió los cuernos con un abogado, que después le hizo el divorcio. Por suerte, no tuvimos hijos, aunque días después de sellar el divorcio, me enteré de que estaba embarazada.
- Cartón lleno.
- Completo. El día que me enteré, agarré y me fui a caminar por Madrid y cerca de la Puerta de Alcalá me choqué con Lenka.
- ¿Quién es Lenka?
- Fue mi novia en la secundaria. Era checa, hija de diplomáticos que estuvo en Buenos Aires cinco años. Estuvimos tres años de novios hasta que terminamos la secundaria y ella volvió a Praga. En realidad, se fue a París por una beca, pero esa es otra historia. Ahí creo que Dios se apiadó de los dos. Ella estaba con ganas de divorciarse y no se animaba y yo me acababa de divorciar. Pasaron 20 años desde que ella se había ido. Renació la pasión esa misma noche.
- ¿Se casaron enseguida?
- Primero tuvo que resolver el tema de su divorcio. Al final quedó viuda y acto seguido, nos casamos.
- ¿Se quedó viuda por...?
- No lo mataron, se mató solo. La estaba persiguiendo con un cuchillo y lo atropelló un auto.
- Y se casaron ahí.
- Sí. Vivimos un tiempo en Madrid, hasta que Lenka le ganó el juicio a un hospital por tener a un médico falso que hizo un falso diagnóstico con su exmarido. Ahí yo vendí mi departamento en Madrid y nos vinimos a Buenos Aires. Ahí me enganché con la dirigencia de River y dejé el periodismo.
- ¿Cuánto tiempo estuviste con Lenka?
- Diez años. Tuvimos dos hijos, Pedro y Marinka. Y estaba Ivan, el hijo de Lenka, al que quiero como propio. Estaba todo bárbaro, hasta que enfermó de golpe. La enfermedad fue implacable. Y cuando estaba en coma, me llega ese llamado de Elizabeth Stevens. Ahí volvió todo a mí.
- ¿Volviste a un lugar que no querías o que habías olvidado?
- Las dos cosas. Cuando las cosas no terminan de cerrar vuelven. Y se revolvieron muchas cosas. Ahí descubrí que tengo dos hijos más y ahí se cerró todo. Eso creo, y espero.
- ¿Y cómo estás ahora?
- Alejado de todo. Me jubilé, Rusito. No quiero más.
- Permitime no creerte.
- Tenés razón. Digamos que estoy de vacaciones. Me vine a Mar del Plata el verano pasado y ya llevo siete meses. Veremos cómo sigue todo.
- ¡Qué historia la tuya!
- La verdad.
- ¿Cambiarías algo?
- No. Con todo y todo, no.
- Voy a cerrar con un ping pong. Yo te nombro algo y vos me decís lo primero que te viene a la cabeza.
- Dale.
- Mirko.
- La persona que me quiso proteger y no pudo.
- El padre Joaquín.
- El que sí me pudo proteger, en su momento.
- Mariela.
- La persona que me eligió como su enemigo.
- Daniel.
- El diablo.
- Natacha.
- Un amor corto que me dio una hija.
- Marisol.
- Una persona que eligió ser infeliz.
- Mercedes.
- Un amor que no estaba llamado a seguir.
- Andrea.
- Un rapto de locura.
- Lenka.
- El amor de mi vida.
- El periodismo.
- Mi pasión de juventud.
- Pedro Vlaovic.
- Una persona cansada".
Cerramos la entrevista ahí. Nos quedamos conversando un rato y recordando nuestras anécdotas juntos. Me contó quién mató a Daniel, pero no voy a decir quién fue. Solo voy a decir que lo mató la persona menos pensada. Una linda entrevista que guardaré en un lugar especial.
Boris Stepanek
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