PENSANDO EN VOZ ALTA: ALGUNA VEZ TOCABA PERDER

 



Argentina cayó ante Colombia en Barranquilla por 2 a 1, cosechando su segunda derrota en las eliminatorias para el Mundial de América del Norte de 2026 y la tercera en los últimos cinco años. ¿Era un partido perdible? Sí, era ante un rival muy duro, el mismo al que venció en la final de la Copa América y que le dio muchos dolores de cabeza. El reducto era complicado, como siempre lo fue. Colombia, con una gran generación de futbolistas y un entrenador que le dio el orden táctico que le faltaba, se está consolidando como uno de los mejores equipos de Sudamérica y está consiguiendo el respeto de todos sus rivales. Al igual que sucediera décadas atrás con Carlos Valderrama moviendo los hilos del equipo, en la actualidad ese rol lo asumió James Rodríguez. Este último es el artífice de las últimas grandes actuaciones "cafeteras". 

El partido fue parejo y, quizás, el empate hubiera sido el resultado más justo. Sin brillar, pero manteniendo un orden táctico ya característico, controló el trámite neutralizando a los delanteros argentinos quienes no tuvieron injerencia en el juego, especialmente Lautaro Martínez, intrascendente durante los 90 minutos. Julián Álvarez mostró voluntad, pero en ningún momento consiguió pesar en el área colombiana, quedando solo en buenas intenciones. 

Colombia tampoco gravitó mucho en ataque, siendo el trámite del partido similar a un juego de ajedrez en donde iba a acertar quien consiguiera la ocasión de hacerlo. Así llegó el primer tanto, con una gran jugada de James Rodríguez y un cabezazo de Yerson Mosquera. Sin embargo, las ironías de este juego le jugaron una mala pasada al armador de Colombia quien asistió a Nicolás González para el empate de Argentina.

Cuando parecía que el trámite iba a finalizar igualado en un tanto, el árbitro chileno Piero Maza iba a convertirse en el protagonista del juego cobrando un penal inexistente a instancias del VAR. A primera vista, pudo parecer infracción, por lo que, si lo cobraba inmediatamente, no hubiese sorprendido. El error del juez principal fue doble: Primero, no fue penal o por lo menos no se visualiza un contacto claro de Nicolás Otamendi, a pesar de haber ido al piso de manera irresponsable. Segundo, el VAR lo llama dos minutos después y ante la repetición de la jugada (donde se vio nítidamente que no hubo falta), decidió cobrar penal. El mismo fue ejecutado magistralmente por James Rodríguez, la figura del partido. 

Si bien esta derrota no fue un sacudón como las de Arabia Saudita o Uruguay, fue una caída posible en la previa, dado que Colombia es un rival más que respetable. Esto da un panorama algo más realista y desmitifica el hecho de que la selección argentina es imbatible. A veces hace falta un baño de realidad para que los humos no estén tan altos. Todas las veces que hubo una derrota como esta, el equipo reaccionó bien y se repuso. Ahora, algunas veces toca perder.

El Puma

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