REPORTAJES DE BORIS STEPANEK: PEDRO VLAOVIC, CAPÍTULO 6
- Ahora es cuando vas a hablar de su asesinato.
- Eso dio vueltas en mi cabeza por años.
- Enfoquémonos en ese día. Contame todo lo que recuerdes de ese día.
- A las diez de la mañana, nos juntamos para ir al estudio del abogado. Estábamos encontrándole la vuelta al asunto. Salimos felices de ahí. Nos fuimos a celebrar a casa y nos quedamos hasta tarde. Salió a su casa para decirle a Daniel que todo se terminaba y que se iba de ahí para siempre. Cuando llegó, lo encontró muerto y tirado en el piso.
- ¿Vos crees en su inocencia?
- Nunca la puse en duda.
- Mirá que motivos le sobraban.
- Ya lo creo. Pero sé que no lo hizo.
- ¿Por qué lo crees? ¿Porque sabés quien lo hizo o porque crees en ella?
- Las dos cosas.
- ¿Sabés quién lo mató?
- Sí.
- ¿No hiciste la denuncia?
- La persona que lo mató esta muerta.
- ¿Quién fue?
- No te lo puedo decir abiertamente.
- ¿Lo investigará Ovejero, entonces?
- Ese bobo no sabe ni sacarse los mocos. Se cree Sherlock Holmes y es... Fernando Ovejero.
- Aunque sea dejámela picando.
- Había una fila de gente que lo quería ver muerto.
- ¿Mercedes entre ellos?
- Sabés que no. Ella solo quería terminar el matrimonio. Al no tener hijos, una vez que se iba, lo hacía para siempre. Aunque sabemos lo que podía pasar después. Y más se se casaba conmigo.
- ¿No fue por esa época que empezaste a postular para irte afuera?
- Me inspiré en vos, Rusito. Vi que lo hacías y ahí se me prendió la lamparita.
- Puede decirse que influí en vos.
- Y en forma positiva. Ya lo tenía todo planeado.
- Y pasó esto.
- Lo habitual, Daniel me jodió la existencia. Vino el juicio y como yo también declaraba, pedí licencia. Estuvimos juntos todo el tiempo, más unidos que nunca.
Continuará...
Boris Stepanek
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