PENSANDO EN VOZ ALTA: SE METIÓ SOLITO

 


Se dijeron muchas cosas del ciclo de Martín Demichelis por este lugar. El entrenador de River, como ya se dijo anteriormente, no va a renunciar. Va a querer - o por lo menos lo va a intentar - revertir la situación actual y tener su revancha. La dirigencia, como también se resaltó, no lo va a echar. La pregunta hay que reformularla: si se va, ¿quién viene? ¿Hay algún plan B? 

¿Por qué se habla nuevamente de una "crisis" en River? No es por resultados, a pesar de que uno de estos puso las cosas patas para arriba. Los números de Demichelis son más que envidiables, sin embargo, no termina de convencer. El equipo es un electrocardiograma: rinde de una manera jugando como local y de otra totalmente opuesta cuando sale del estadio Monumental. Este último se volvió inexpugnable para los rivales, aunque cuando lo reciben, se le animan todos. A su vez, en los partidos mano a mano, el objetivo de varios de los rivales es apostar a la definición por penales puesto que son muy pocas las veces que los de Núñez clasifican por esa vía. 

En una semana, el electrocardiograma volvió a accionar en su máximo nivel. Tras dos partidos, jugados en el estadio Monumental, por la Liga en la que ganó por goleada y no sufrió un solo gol. Demichelis había conseguido bastante tranquilidad y le quedaban pocos partidos antes del receso. Todos ellos accesibles en la previa. El más complicado era ante Argentinos Juniors en La Paternal (que lo perdió). El primero era ante Temperley por los dieciseisavos de final de la Copa Argentina, compromiso en la previa más que accesible. El equipo del sur del Gran Buenos Aires, con sus limitaciones y mucho amor propio logró su cometido: llegar a los penales. Y allí, consiguió la hazaña. Esa eliminación volvió a instalar nubes en River. Y la posterior derrota ante Argentinos Juniors en el estadio Diego Armando Maradona, agregó nubarrones y relámpagos. El próximo partido en el estadio Monumental - ante Deportivo Táchira por la última fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores - seguramente se jugará bajo un clima complicado. Por más que haya una goleada, habrá más que murmullos y cuestionamientos. 

Y lo más insólito de todo ello es que el entrenador, quien salió airoso de situaciones complicadas, tenía un panorama tranquilo antes del receso y solito se metió en este embrollo. La eliminación ante Temperley no fue una más, sino que encendió alarmas indeseadas por varios en River. Ese resultado es un clásico "saca técnicos" y, por más ganas que haya, será muy difícil remontarlo. Si van a echarlo, será porque ya tienen en mente a un sucesor. No pareciera que lo tuvieran hasta el momento. 

El Puma

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