EL HEREDERO DE FILLOL
Imagen: Crónica
Al terminar el Mundial de España, en 1982, cayó el telón en el fútbol argentino y detrás aparecían crisis económicas terroríficas. River y Boca, tras la fiesta de incorporaciones pomposas, como la de Mario Alberto Kempes y Diego Armando Maradona, tuvieron que adoptar economías de guerra, lo cual tuvo consecuencias en lo futbolístico. River tuvo que desprenderse de figuras como Ubaldo Fillol, Alberto Tarantini, Daniel Passarella, Juan José López, Norberto Alonso, Emilio Commisso, Ramón Díaz y el mismo Kempes entre tantas otras figuras. El xeneize hizo lo propio con Maradona, Miguel Ángel Brindisi, Hugo Perotti y llegó a un punto que estuvo cerca de la desaparición.
Los dos equipos más grandes del fútbol argentino tuvieron que reconstruirse de a poco, cediendo su protagonismo a grandes planteles armados desde el ingenio y las divisiones inferiores, como Ferrocarril Oeste, Estudiantes de La Plata, Argentinos Juniors e Independiente (único equipo grande que no hizo locuras económicas en esa década). En River, la partida de Fillol fue muy difícil de cubrir. Ni Gabriel Puentedura, ni Alberto Vivalda pudieron hacerlo. Tras sanear sus finanzas, y para salir de una situación comprometedora con el descenso, se fue rearmando futbolísticamente. Lo hicieron de atrás para adelante y pusieron los ojos en un arquero consolidado en primera división, surgido de Unión de Santa Fe y jugando, en ese entonces, en Vélez.
Nery Alberto Pumpido llegó a Núñez con un recorrido interesante. Además de haber sido titular en sus dos últimos equipos, fue el tercer arquero que llevó César Luis Menotti al Mundial de España. Lo que nunca imaginaría este santafesino nacido en la localidad de Monje, a orillas del río Coronda, es que iba a ser un protagonista fundamental no solamente en River, sino también en la selección argentina. Carlos Salvador Bilardo, quien reemplazó a Menotti desde 1983, lo convocó y de a poco lo fue consolidando como titular, especialmente después de las eliminatorias, cuando atajó Fillol. Sin dar muchas explicaciones, el entrenador relegó al arquero emblema del Mundial 1978 y nunca más lo llamó. Tanto con la camiseta albiceleste, como con la banda roja, Pumpido fue el heredero de Fillol.
Y tres años después de llegar a River, en 1986, el santafesino tuvo su mejor año futbolístico. Ganó el campeonato local en forma holgada, levantó la Copa del Mundo en México junto a Maradona, obtuvo la primera Copa Libertadores en la historia de River y la Copa Intercontinental. Era un muy buen arquero bajo los tres palos, con grandes reflejos y mucha presencia en el área. Una de sus virtudes era la salida desde el fondo, ya sea por abajo como voleando, siendo considerado como un guardameta con un muy buen saque. Su punto más débil era en los penales, no contuvo muchos. Jugó en Núñez dos años más antes de ser transferido a Betis, de España. Participó en el Mundial de Italia en 1990, jugando el partido inicial ante Camerún y teniendo bastante responsabilidad en el gol de François Oman-Biyik con el que los africanos ganaron por 1 a 0. En el segundo encuentro, tras chocar con su compañero Julio Olarticoechea, se quebró la tibia y el peroné, dejándole su lugar a Sergio Goycochea. Esa lesión lo relegó en su club y en 1991 regresó a Unión, donde fue titular toda la temporada, aunque no logró que su equipo de origen evitara el descenso a la Primera Nacional B. Intentando regresar a la selección (realizó declaraciones a la revista El Gráfico manifestando sus ganas), fichó por Lanús, sin embargo, no jugó un solo partido allí llevándolo a retirarse a los 35 años.
Quizás por tener otro perfil y no aparecer demasiado en los medios masivos de comunicación es que no se lo menciona mucho, aunque formó parte de una era dorada en la historia del fútbol argentino y tuvo una mochila muy pesada, tanto en River como en la selección que fue tener que ocupar el lugar de un histórico como Fillol, y demostró que estuvo a la altura de los acontecimientos.
El Puma
Gran arquero y muy buen técnico. Salió campeón de la libertadores con olimpia
ResponderEliminarMuy buena la nota! Un gigante Nery, era muy preciso con el saque, generaba contraataques mortales
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