PENSANDO EN VOZ ALTA: NI LO VAN A ECHAR, NI VA A RENUNCIAR, PERO...


 

    Mucho se ha hablado sobre River Plate en los últimos tiempos: sobre su nivel de juego, como cambia su rendimiento al modificar su condición, quiénes deberían ser titulares, los llenos absolutos del estadio Monumental. Sin embargo, de lo que más se comenta y, por lo general, para criticar, es la actualidad de su entrenador Martín Demichelis. Hombre surgido de la institución, el oriundo de Justiniano Posse, provincia de Córdoba, tiene una de las mochilas más pesadas posibles como ser el sucesor de Marcelo Gallardo, quien estuvo a cargo del primer equipo por 8 años y consiguió no solamente grandes hazañas, sino también un sello particular que se extendió a todas las divisiones inferiores. 

    El primer semestre del ex marcador central fue muy bueno en el ámbito local, y muy irregular durante la Copa Libertadores. La segunda mitad de la temporada se vio un marcado bajón en el rendimiento del equipo y en varios jugadores claves. Esequiel Barco pasó de titular indiscutido a alternar titularidad y suplencia, perdiendo confianza y haciendo perder la paciencia de los hinchas de River que lo aplaudieron en la primera mitad del año. Ignacio Fernández, que regresó de Atlético Mineiro, mermó su rendimiento y alternó titularidad con otro regresado como Manuel Lanzini, primero, y Gonzalo Martínez después. No se sabía quién era el titular. También se notó mucho la baja del goleador Lucas Beltrán, transferido a Fiorentina. Su lugar era ocupado por el venezolano Salomón Rondón, ex compañero del entrenador y también su amigo personal., cuyas actuaciones - si bien venían mejorando - nunca conformaron a los hinchas y su ida del club fue bastante ingrata para quien lo pidió. Por darle lugar al atacante caribeño, relegó a Miguel Ángel Borja. El colombiano era su última opción y no eran pocos los que decían que el delantero quería irse de River. Quién se fue por diferencias irreconciliables con Demichelis fue el capitán, Enzo Pérez, quien después de siete años en el club, regresó a Estudiantes de La Plata. 

    La actual temporada arrancó con un solo refuerzo, el uruguayo Nicolás Fonseca, que llegó para reemplazar al ídolo que se fue. Sin embargo, tras un rendimiento irregular, se pidió otro mediocampista central. La dirigencia trajo a Rodrigo Villagra desde Talleres pagando la estrafalaria cifra de 12 millones de dólares. El mediocampista no es titular en el equipo. Como no encontraba el lateral derecho, pidió de urgencia que trajeran a Agustín Sant´Anna, que jugaba en Defensa y Justicia. Este último tuvo algunos minutos cuando llegó y viene relegado del primer equipo hace ya varias fechas. 

    El rendimiento del equipo no convence, a pesar de que ganó más de lo que perdió y obtuvo la Supercopa Argentina. No hay un lateral derecho definido, dado que Marcelo Herrera, Santiago Simón, el propio Sant´Anna o Sebastián Boselli (los dos últimos mencionados ni siquiera son laterales) no terminan de afianzarse. La zaga central está desbalanceada. Paulo Díaz muchas veces juega por todos en la última línea del equipo, mientras que Leandro González Pirez no pasa de actuaciones regulares. Enzo Díaz, por la izquierda, mermó sorpresivamente su rendimiento. El mediocampo jamás se repite. Un día juega Ignacio Fernández, otro día lo hace Claudio Echeverri, en la contención se varía entre Rodrigo Aliendro, Nicolás Fonseca, Rodrigo Villagra o Matías Kranevitter. Los únicos inamovibles en el 11 titular son Franco Armani, Paulo Díaz y Miguel Ángel Borja (el mismo al que el entrenador tenía como descartable el año pasado es hoy el goleador del equipo). 

    Si bien los números no mienten, el rendimiento del equipo es más que discutido. Los hinchas de River no confían en Demichelis y, por momentos, pareciera que el plantel tampoco lo hace. Por ahora, los resultados lo están sosteniendo. Hay que ver hasta cuándo. ¿Qué puede pasar de ahora en más? No se sabe. Puede mejorar y consolidarse finalmente, como puede un resultado derrumbar todo y obligarlo a irse. ¿Puede ganar la Copa de la Liga? Sí, aunque primero debe clasificarse para los cuartos de final y, si bien está hoy entre los mejores cuatro de su grupo, aún no tiene garantizada la participación en la siguiente etapa. ¿Puede ganar la Copa Libertadores? Por cómo está jugando, todo indicaría que no, pero en el fútbol todo es posible. La institución de Núñez, en sus mejores épocas, siempre se ha considerado seria en cuanto a los contratos de los entrenadores. Difícilmente renuncie a la conducción del primer equipo y la actual dirigencia no lo va a echar. Ahora, ¡está haciendo unos méritos!

El Puma

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