PENSANDO EN VOZ ALTA: CAMINA POR LA CORNISA

 


    "Estamos al borde de la cornisa, casi a punto de caer. No sientes miedo, sigues sonriendo. Sé que te excita pensar hasta dónde llegaré..." Estas palabras de la famosa canción de Soda Stéreo, "persiana americana" podrían resumir la situación del entrenador de River Plate, Martín Demichelis. En las últimas fechas, los partidos del equipo de Núñez llegaban a puntos extremos. De estar afuera de los cuartos de final de la Copa de la Liga al final del primer tiempo ante Instituto, a clasificar primero. De ir perdiendo ante Estudiantes sin parecer tener respuestas en el partido por la Supercopa argentina, a darlo vuelta con autoridad. Si bien los resultados eran positivos, había algo en el nivel de juego que no convencía. ¿Debía esperar a estar complicado para reaccionar y sacar todo su potencial? 

    La sensación era que el andar era peligroso. Martín Demichelis está caminando por la cornisa hace ya mucho tiempo. Por plantel y jerarquía, el equipo supo sacar adelante estas situaciones, aunque el hincha de River no estaba del todo convencido. Más de uno pedía la renuncia del entrenador.

    Los números no parecieran darle mal a Demichelis: una liga profesional, un trofeo de campeones y una Supercopa argentina en poco más de un año, no son para nada despreciables. Sin embargo, desde la edición anterior de la Copa de la Liga y la eliminación en octavos de final de la Copa Libertadores del año pasado, el entrenador está observado bajo la lupa del exigente hincha de River y hasta de sus propios jugadores. Estos últimos no parecen confiar en él, a pesar de que públicamente hacen el mayor esfuerzo por demostrar lo contrario. 

    Ganó su grupo en esta Copa de la Liga, pero su rendimiento estuvo lejos de conformar y estuvo afuera de los cuartos de final por un rato largo en el último partido. Apareció la individualidad salvadora, en esta ocasión, en la figura de Facundo Colidio. Otras veces fue Claudio Echeverri, otras Ignacio Fernández, muchas veces Miguel Ángel Borja (a quien Demichelis tuvo relegado en el último lugar de las prioridades durante más de medio año) y así se podría seguir nombrando ejemplos. El problema iba a aparecer cuando enfrente hubiera un equipo que esté a su altura y que no lo iba a dejar reaccionar en caso de estar en ventaja. Y ese equipo apareció. Boca, después de mucho tiempo, lo superó en juego. Y este tropezón caminando por la cornisa, habrá que ver si no derivará en la caída de este cuerpo técnico. El resultado es, para muchos, saca técnicos. La dirigencia del club, caracterizada por tener extrema prudencia en estos casos, lo seguirá respaldando y esperando a ver cuáles serán los resultados a fin de año: Demichelis no va a renunciar tampoco. Le queda competir por la Liga Profesional, la Copa Argentina y, la competencia más anhelada, la Copa Libertadores de América. En esta última, puede encontrarse con varios equipos similares al que se encontró en estos cuartos de final de la Copa de la Liga y puede volver a pasarla mal. Sin embargo, en el fútbol puede ocurrir cualquier cosa. Ahora, si sigue caminando por la cornisa, la caída será inevitable. 

El Puma

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