EL ELECTROCARDIOGRAMA


 

Imagen: Liga Profesional de Fútbol

    Tras los brindis de fin de año y varios días de haber finalizado las competencias oficiales de 2023, llega el momento de los análisis, de repasar todo lo hecho durante el año, ver los éxitos y los fracasos, además de observar el rendimiento individual y colectivo. En el caso de River, esto último es particularmente especial. ¿Por qué? Pues porque tras 8 años de dejar la vara muy alta, era necesario ver si la misma se había sostenido o no. Y aquí radica lo más difícil, puesto que se han visto rendimientos muy buenos y otros muy malos. 

    Martín Demichelis cargó con una mochila muy pesada, tras llegar como el reemplazante de Marcelo Gallardo. En esa mochila, había una carga de 1 Liga Profesional, 3 Copas Argentinas, 1 Supercopa Argentina, 1 Trofeo de Campeones, 1 Copa Sudamericana, 2 Copas Libertadores, 1 Copa Suruga Bank y 3 Recopas Sudamericanas. El ex defensor central formado en las inferiores del club tenía la ventaja de conocer los emblemáticos "pasillos del Monumental" y, como suele suceder con la gente de la casa, el hincha le tendría un poco más de paciencia. Arrancó con algunas dudas, intentando imponer su sello propio. Al ver que el asunto no funcionaba, retrocedió y dejó libre albedrío a una estructura que ya trabajaba de otra manera. Encontró en Lucas Beltrán a un goleador temible e incansable, tan es así que pobló más la mitad de cancha, dejando solo al delantero, quien parecía clonarse y ocupar varias posiciones en el frente de ataque al mismo tiempo. El rendimiento en el campeonato local fue, por momentos, superlativo. River fue muy superior al resto y se llevó el título casi caminando. 

    En la Copa Libertadores, se vieron los baches que parecían no existir en la liga. Tras un arranque con derrota ante The Strongest, en los 3700 metros por sobre el nivel del mar de La Paz - ese argumento hasta puede servir como excusa para justificar la derrota - en el que el equipo mostró entre cierta ingenuidad y debilidad en el flanco defensivo. Luego venció a Sporting Cristal en el estadio Monumental, tras un mal comienzo, pero con una remontada que hizo ilusionar a algunos. Tras perder por 5 a 1 con Fluminense en Rio de Janeiro, cometiendo muchos errores (el mayor fue seguir buscando la igualdad perdiendo 2 a 1 y con un hombre menos, en lugar de buscar proteger su valla e intentar buscar alguna desinteligencia de su rival) y recibiendo la peor derrota en mucho tiempo en el certamen continental. La igualdad en Perú ante Sporting Cristal encendió las primeras alarmas y cabía la seria posibilidad de quedar eliminado en la fase de grupos. Pero la victoria contundente ante Fluminense, en Buenos Aires, por 2 a 0, sin darle ninguna oportunidad al futuro campeón de América de poder reaccionar jamás durante los 90 minutos. Finalmente, llegó la clasificación ante The Strongest, la coronación y algunos resultadistas comenzaron a llamar - para no perder esa maldita estúpida costumbre - "la Michoneta" al equipo. 

    Sin embargo, tras escucharse en las tribunas del estadio Monumental el estribillo "que de la mano de Demichelis, toda la vuelta vamós a dar", empezó la tormenta. A los pocos días de la consagración, el equipo fue eliminado por Talleres en los diecisavos de final de la Copa Argenitna y luego corrió la misma suerte ante Internacional de Porto Alegre en los octavos de final de la Copa Libertadores. Y por si faltaba poco, Demichelis cometió un error, para muchos, imperdonable: filtró en una charla informal con un grupo de periodistas lo que sucedía en el vestuario y su opinión sobre algunos de los miembros del plantel. Eso cayó muy mal en el seno del equipo y ante ese clima, debió afrontar la Copa de la Liga. Allí, el rendimiento cayó estrepitosamente. Si bien consiguió clasificar a los cuartos de final del certamen y, luego, a la semifinal, el nivel de juego comenzó a caer, llevando al entrenador a una confusión permanente, probando jugadores permanentemente consiguiendo así que el equipo jugara peor y que, además, muy buenos rendimientos individuales cayeran estrepitosamente. Finalmente fue eliminado por Rosario Central en la definición por penales con un dato curioso y llamativo: de los cuatro tiros desde los once pasos que ejecutó, no metió ninguno. 

    La ida de Beltrán desnudó las falencias y flaquezas del equipo. A pesar de que el delantero no estaba más en el plantel, el entrenador siguió insistiendo en jugar con un solo atacante. Ninguno de los dos suplentes naturales de Beltrán, Miguel Ángel Borja y Salomón Rondón, tenía sus características. Allí, el técnico mostró un combo entre tozudez y confusión. Por otro lado, los problemas defensivos crecían partido a partido, a punto tal que cualquiera que dispusiera de una pelota parada atacando a River, terminaba convirtiendo. Lo extraño es que el cuerpo técnico, compuesto por dos personas que solían ser marcadores centrales y otro que era arquero, no supieran o no pudieran ver y solucionar el problema. 

    Su prueba final y, para muchos resultadistas definitiva, era el partido por el Trofeo de Campeones nuevamente ante Rosario Central. Si bien muchos de los amarillistas aseguraban que el puesto de Demichelis peligraba en caso de derrota, desde el club siempre se dieron señales de tranquilidad al respecto. En este encuentro, el nivel volvió a ser superlativo, obteniendo el trofeo y volviéndose a ver un rendimiento muy alto. Sin embargo, ese error del entrenador le costó demasiado caro a River. El conjunto "millonario" termina el año sin su capitán y emblema, quien claramente no perdonó a Demichelis su infidencia. También se quedará sin su mejor jugador vendido a Flamengo y además quien fuera llamado a ser la futura estrella, en una muestra total de desprecio e ignorancia, afirmó que no renovará su vínculo. 

    Se sabía que quien viniera después de Gallardo iba a agarrar un fierro caliente. Si bien Demichelis parecía saber llevar ese peso, su "pecado extrafutbolístico" le costó demasiado caro y será muy difícil remontarlo. En la temporada próxima habrá que ver si entendió o maduró. En su primer año al frente de la dirección técnica de River, el rendimiento tuvo picos muy altos y bajos. Podría decirse que este último fue un electrocardiograma.


Imagen: LM Neuquén


El Puma

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