UN RESULTADO LO CONVIRTIÓ DE PECHO FRÍO A INDISCUTIDO


 Imagen: El Colombiano


    Durante quince años, el habitual grupo de ganadores permanentes, esos que están sentados en un estudio de televisión, o en una cabina de radio, haciendo personajes y vendiendo humo, la mayor parte de las veces, señalaban a un único culpable de que la selección argentina no consiguiera títulos. Uno sólo era responsable absoluto. Un déspota que llevaba a sus amigos a la selección, que decidía que entrenador venía, quién se iba, quién entraba y demás. Ese "catalán pecho frío" que ganaba títulos sólo en Barcelona, no debía ponerse más la camiseta albiceleste y mucho menos la número 10 que había usado el "D10S" Diego Armando Maradona (a quien trataron en forma bastante parecida hasta poco antes del Mundial de México en 1986, donde se consagró como campeón y mejor jugador del mundo), ese que "siempre que entraba, la selección ganaba". Con los años, esa última afirmación tomaba más fuerza y se iba convirtiendo en leyenda. 

    Obtenía balones de oro, premios "The Best", ganaba ligas españolas, copas del Rey, Champions Leagues, Mundiales de clubes, se lucía en los clásicos ante Real Madrid (es el máximo goleador histórico del derby español), deslumbraba a propios y a extraños, pero desde la prensa madridista y los campeones mundiales de los paneles, lo tildaban de pecho frío o lo comparaban con el ídolo portugués (casualmente jugador de Real Madrid) Cristiano Ronaldo. El lusitano, que es un gran jugador, no puede ser comparado con él, puesto que, en primer lugar, juegan en posiciones diferentes y, en segundo lugar, es mucho menos completo siendo nada más - y nada menos - que un gran finalizador de jugadas.

    Lionel Messi tuvo que soportar durante más de una década el "peso de ser el mejor del mundo" por escándalo. Lidió contra ignorantes que lo criticaban hasta la idiotez. Que no cantaba el himno, que "caminaba la cancha", que solo jugaba con sus amigos (¿quién quisiera tener de amigos a Xavi, Andrés Iniesta, Luis Suárez, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Javier Mascherano, Sergio Busquets, entre tantos para jugar al lado?), que decidía absolutamente todo (difícilmente haya sido mudo, pero más difícil aún es que haya tenido esa mala influencia). Algunos periodistas hasta lo acusaron de haber perdido su empleo por culpa del rosarino. Sí, la estupidez llegó a niveles insospechados. 

    Sin embargo, a pesar de que unos muy pocos persisten en su actitud haciendo el ridículo de manera alarmante, una Copa América y un Mundial obtenidos de la mano de Messi, hizo cambiar el discurso a casi todos. Ahora, quienes decían varias barbaridades, no se ponen colorados a la hora de decir que el ex jugador de Barcelona es el mejor de la historia (ya ni se acuerdan de "D10S"), que es imprescindible y hasta ruegan que pueda estar presente en el próximo Mundial. Al principio, empezaron diciendo que "estaba distinto y con otra actitud", cuando realmente siempre estuvo igual de fantástico. Como si de pronto se dieron cuenta de la dimensión que tiene, los "malos resultados" (tres finales de Copa América y una de un Mundial) no se lo permitían ver. ¿Qué cambió de Messi a partir de 2021? El resultado final, nada más. Se han dedicado tanto a denostarlo, que se perdieron de disfrutar a un genio futbolístico, mirando siempre la mitad del vaso vacío. 

    Un simple resultado fue quien convirtió a Lionel Andrés Messi de "pecho frío" a indiscutido. Esperemos que al próximo prodigio no lo torturen ni lo comparen con Messi y lo puedan disfrutar. Porque ellos pasan, y sin embargo los exitistas insoportables siguen estando.

El Puma

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