PENSANDO EN VOZ ALTA: ES MÁS FÁCIL ROMPER QUE CONSTRUIR


 

    Construir un edificio puede llevar meses y, algunas veces, hasta años. Derribarlo, solo unos segundos. Una amistad puede llevar muchos años en consolidarse, solo un segundo para derrumbarse. Algo parecido, según los trascendidos periodísticos - algunos probablemente sean ciertos, otros falsos y los restantes exagerados - estaría pasando en River. La última vez que sucedió, fue en 2008 cuando Diego Simeone tomó el plantel heredado por Daniel Passarella y lo sacó campeón. Después de eso, quiso dejar su huella y, para ello, comenzó a derribar todo lo que quedaba de la anterior plantilla. Así, entró en una confusión tan grande. Todos los domingos, se veía a River con una defensa distinta, con un centrodelantero diferente y desconcertaba a propios y a extraños, tanto a los costados de la cancha cuando, en forma histérica, daba indicaciones, más para las cámaras que para el equipo. ¿Cómo terminó todo? El equipo finalizó último, con muy pocos puntos cosechados y el espíritu destrozado. 

    Cuando empezó el año, Martín Demichelis tomó la dirección técnica de River, con un plantel heredado. Ese mismo escribió páginas doradas de la historia, tras ocho años de Marcelo Gallardo dirigiendo. Si bien el último año no pudo ganar ningún título, el "Muñeco" dejó una línea de juego y un estilo definido como para que las cosas funcionen con el piloto automático. Demichelis, con un equipo que ya jugaba de una manera definida, quiso poner su sello y terminó entendiendo que debía dejar las cosas como estaban para poder ganar el título y, después sí, tratar de imponer su estilo. El campeonato, River lo ganó con mucha comodidad, sin embargo, al poco tiempo, se quedó afuera de la Copa Argentina y de la Copa Libertadores, teniendo de acá a fin de año que disputar solamente la Copa de la Liga. En el medio, se reforzó con jugadores interesantes y de jerarquía, además de contar con regresos de ex jugadores. Sin embargo, cuando el ambiente parecía ser un lecho de rosas, el entrenador cometió un error: en una reunión con periodistas, fuera de micrófono, filtró opiniones sobre algunos jugadores, acusándolos, en algunos casos, de muchachos a los que el almanaque les está pasando y de otros que sirven para el campeonato local, pero que no alcanza para la Copa Libertadores. Todo eso es lo que trascendió y, seguramente, no cayó bien en un plantel que tiene demasiados logros como para que se le falte el respeto. 

    El ex zaguero surgido del club tiene un dilema muy grande y este será intentar remontar esta situación. No le será fácil y, aun así, su continuidad no parece estar garantizada. Ese error del entrenador derrumbó la buena convivencia y rompió todo en pocos días. Su antecesor fue un experto en no filtrar absolutamente nada y en lavar los trapos sucios puertas para adentro. Por eso también es que un gran sector del periodismo lo criticaba, puesto que nada les llegaba a los carroñeros. Ahora, estos últimos están relamiéndose y hablan por todo el tiempo que no pudieron hacerlo. Si bien Diego Simeone en 2007 no cometió ese error, el desconcierto de ambos es muy similar. Habrá que ver que no terminen igual. Acá es dónde se verá la habilidad o la mano que pueda tener Demichelis para volver a construir.

El Puma

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