PASÓ EL QUE DEBÍA PASAR



Imagen: Olé

    Si vamos a empezar con lo estrictamente informativo, diremos que Boca pasó a las semifinales de la Copa Libertadores de América tras dejar en el camino a Racing en la definición por penales, tras no sacarse diferencias en 180 minutos. Hay quienes argumentarán que la vía de los penales es la única que conoce Boca para ganar una serie o, inclusive, alguna copa. Contra eso, vale decir que hay 118 años de historia escrita con gloria para desmentir dicha afirmación. Y si ese argumento fuese totalmente cierto, esa vía es lícita y reglamentaria, por lo que queda comprobado la invalidez del mismo.

    Analizando lo estrictamente futbolístico, la serie se dividió en dos partes. La primera, en la cancha de Boca, donde el local fue arrolladoramente superior, especialmente en el primer tiempo, donde por mala fortuna y/o falta de puntería, no se fue al vestuario con una diferencia de, por lo menos, dos goles. En el segundo tiempo, siguió siendo mejor, pero mermó en su intensidad, permitiendo a Racing dejar pasar los minutos para irse con el 0 a 0 para definir en Avellaneda. Ahora, ¿daba para pensar que el "Cilindro" iba a ser un reducto inaccesible para el cuadro "xeneize"? Claramente, no. ¿Por qué? La "Academia" posee, en este momento, menor jerarquía individual que Boca. Si bien los auriazules merman mucho su rendimiento cuando salen de la "Bombonera", Racing en ningún momento se lo llevó por delante ni marcó una notoria superioridad. Sí buscó un poco más, pero no fue un dominador neto como sí lo fue Boca en su cancha. 

    En la definición por penales priman varios factores. Por un lado, la suerte, aunque cada vez menos. Por otro lado, la frialdad de los pateadores y la virtud de los arqueros. ¿Cuántos guardavallas no brillantes durante los 90 minutos, terminan descollando en la definición desde los once pasos? La misma pregunta se puede también hacer a la inversa. Los dirigidos por Jorge Almirón mostraron ejecutantes fríos y seguros, como también a un Sergio Romero atento y luciéndose. Mientras que, del otro lado, se vieron pateadores timoratos.

    El andar de Boca en esta Copa Libertadores fue bastante extraño. Tuvo un grupo bastante accesible y luego dos rivales ganables, aunque los partidos deben jugarse, claro está. Por lo que demostró en esta serie de cuartos de final, hay que decir que merecidamente la pasaron y que, además, debieron haberla pasado durante los 180 minutos sin llegar a la definición por penales. En la previa y en el análisis posterior, no hay dudas de que pasó quien debía pasar.

El Puma

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