JUGADORES QUE SE PUSIERON CAMISETAS OPUESTAS: GABRIEL BATISTUTA, CAMPEÓN EN RIVER, CONSAGRADO EN BOCA
Imagen: TyC Sports
En las ricas inferiores de Newell´s Old Boys, varias promesas estaban dando vueltas en las divisiones inferiores. Había un delantero al que tanto Jorge Griffa, como Marcelo Bielsa, cuidaban mucho. El muchacho. oriundo de Reconquista, bautizado como "el gordo", no era apasionado del fútbol, pero era un goleador en potencia. Tenía una adicción: los alfajores. Tanto Bielsa como Griffa, le combatían al joven ese vicio. Debutó en la "Lepra" en 1988 y fue fundamental en la clasificación del equipo rojinegro a su primera final de la Copa Libertadores en ese mismo año. En la temporada 1989-1990 - última en la que se disputó un campeonato largo en Argentina - fue transferido a River Plate.
Gabriel Omar Batistuta llegó a Núñez cuando el conjunto "millonario" era dirigido por Reinaldo "Mostaza" Merlo. Era titular, jugando en el costado derecho del ataque, el clásico wing. Si bien marcó 3 goles en la primera mitad del campeonato (uno a Racing, otro a Racing de Córdoba y el restante a Platense), mostró un nivel aceptable, aunque no conformaba a los hinchas riverplatenses. Eso era por una sencilla razón: no estaba cómodo jugando por el costado. En la segunda mitad del torneo, con la llegada de Daniel Passarella al banco de suplentes de River, fue relegado al banco de suplentes y no contó con demasiados minutos. Sin embargo, se dio el gusto de dar la vuelta olímpica en Núñez. Para la temporada siguiente, parecía que entraría en la consideración del cuerpo técnico, pero él quería jugar. Luego de que se gestionara una vuelta a Rosario para ponerse nuevamente la camiseta de Newell´s, apareció la posibilidad de cruzar de vereda y aterrizar en Boca Juniors.
En el equipo de la Ribera, la historia parecía repetirse. Empezó siendo suplente hasta que reemplazó a Alfredo Graciani. El entrenador "xeneize", Carlos Aimar, hacía lo mismo que Merlo en River: lo hacía jugar sobre el costado derecho. El resultado fue, paradójicamente, el mismo: Batistuta marcaría 3 goles en esa primera mitad de temporada. Sin embargo, con la llegada de Oscar Washington Tabarez a la dirección técnica de Boca, su carrera dio un giro de 180 grados. El entrenador uruguayo lo ubicó donde más cómodo se sentía: como centrodelantero. Desde ese momento, no paró de hacer goles, ganándose el cariño de la hinchada "xeneize" y logrando llegar a la selección argentina, con la que obtuvo la Copa América en 1991. Eso llevó a que Fiorentina posara sus ojos en él y se lo llevara tras seis meses consagratorios con la camiseta azul y oro.
Con una carrera más que exitosa, en la que fue ídolo indiscutido en Fiorentina, campeón con Roma, máximo goleador de la historia de la selección argentina (hasta que apareció un tal Lionel Messi) y disputando tres Mundiales (Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002), se puede decir que Gabriel Omar Batistuta jugó un año en cada uno de los dos equipos más grandes de la Argentina. Allí fue campeón con River, pero consagrado con Boca.
El Puma
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