GOLEADORES DE LOS MUNDIALES: 1990, SALVATORE SCHILLACI
Imagen: ESPN Deportes
Italia dominaba el partido ante Austria en el estadio Olímpico de Roma, pero no lograba convertir. Los delanteros de la selección azzurra no estaban finos. Ni Gianluca Vialli, ni Andrea Carnevale convencían a los tifosi que llenaron la cancha en Roma. Azeglio Vicini, entrenador del combinado local, decidió mover el banco de suplentes y puso en la cancha a un muchacho de pelo corto, siciliano y que venía de cumplir su primera temporada en Juventus. Salvatore Schillaci se movía eléctricamente, quería demostrar que lo hecho durante el año no era casualidad. "Totó", como es conocido por todo el ambiente del fútbol, le cambió la cara al equipo y marcó el único tanto del encuentro tan solo tres minutos luego de ingresar al campo de juego. El debut de Italia en su Mundial, en 1990, fue convincente, aunque corto en el resultado. Como es habitual, el público local reclamaba a "Totó" como titular en el equipo tras haberle dado la victoria ante Austria.
En el segundo partido, ante Estados Unidos, con triunfo local por idéntico resultado, rendimiento bastante decepcionante mediante y con Schillaci nuevamente en el banco de suplentes, Italia clasificó a los octavos de final. Sin embargo, las críticas eran permanentes y ante ellas, Vicini pateó el tablero para el tercer pardito ante Checoslovaquia y puso a "Totó" y Roberto Baggio en lugar de Vialli y Carnevale. El rendimiento fue superlativo y más acorde a lo que los tifosi esperaban. Los dos ingresados, marcaron un gol cada uno para el triunfo por 2 a 0, Baggio marcó un golazo (posiblemente el mejor tanto del certamen). A partir de allí, Schillaci formó parte del once titular en todos los partidos siguientes y en todos ellos marcó un gol: en octavos de final frente a Uruguay, en cuartos de final ante Irlanda, en semifinales contra Argentina y, finalmente, en el partido por el tercer puesto le dio el triunfo a Italia frente a Inglaterra.
Salvatore Schillaci nació en Palermo, el 1 de diciembre de 1964. Dio sus primeros pasos en Messina donde debutó en el primer equipo en 1983, con 19 años. Seis temporadas después, fue transferido a Juventus, generando muchas incógnitas dado que era un absoluto desconocido. Sin embargo, en su primera temporada, llegó la convocatoria a la selección italiana y la confirmación en la lista de buena fe. En la Copa del Mundo de 1990 tocó el cielo con las manos y se pensaba que vendrían varias temporadas más con una andanada de goles. Sin embargo, nada de eso sucedió. En los tres años que estuvo en Turín, obtuvo la Copa Italia y la Copa U.E.F.A (hoy U.E.F.A Europa League), pero su rendimiento se fue apagando hasta perder el puesto y ser transferido a Inter. En Milán tuvo un corto período de buen rendimiento, pero fue poco convincente, razón por la cual fue vendido a Jubilo Iwata de Japón en 1993, donde se retiró 6 años más tarde. Una vez que dejó la actividad, se dedicó a la actuación.
En la selección italiana, solo convirtió un gol más aparte de los seis que señaló en el Mundial de 1990. Nunca más volvió a tener un rendimiento similar.
El Puma
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