JUGADORES QUE SE PUSIERON CAMISETAS OPUESTAS: RONALDO


 

    Uno de los grandes jugadores de fines de siglo XX y principios del XXI es, sin dudas, el brasileño Ronaldo Luis Nazario de Lima, Ronaldo para el mundo futbolero. El delantero apareció en Cruzeiro y fue transferido a Europa en forma inmediata. Quien se lo llevó fue el PSV Eindhoven para reemplazar a su compatriota Romario. Y el "Fenómeno" no decepcionó. Tras dos temporadas en los Países Bajos, su llegada a un grande del Viejo Continente era inminente. Allí apareció Barcelona y se lo llevó para la temporada 1996-1997. Allí realizó la que, probablemente, fue la mejor temporada de su carrera, anotando 47 goles. Parecía que iba a permanecer en Cataluña y que iba a ser jugador insignia del Barsa, pero tras irse a una gira con la selección brasileña, cambió el panorama al regresar y se marchó a Milán para ponerse la camiseta del Inter. En el conjunto nerazzurro arrancó con el pie derecho enamorando a los tifosi. Sin embargo, en la segunda temporada, comenzó el calvario de lesiones para el delantero brasileño y pasó tres años rehabilitándose. En la temporada 2001/2002, llegó a Inter el entrenador argentino Héctor Cúper quien comenzó a darle más minutos y Ronaldo recuperaba su gran nivel, llegando al Mundial 2002 en gran forma y siendo allí la figura y goleador del certamen. 




    Al finalizar dicho campeonato, Real Madrid apareció para llevárselo. El delantero confesó, tiempo después, que se fue de Inter por culpa de Cúper, diciendo que fue el peor entrenador que tuvo y que por culpa de él, arriesgó su físico poniéndolo al límite. Hubo un tibio intento para que regresara a Cataluña, pero el entonces entrenador culé, Louis Van Gaal truncó dicha posibilidad. El Fenómeno regresó a España para cruzar de vereda y triunfar en la capital. Si bien su calidad estaba intacta, comenzó a aburguesarse y se mostraba excedido de peso. El entrenador en ese entonces, Fabio Capello, lo quiso poner a dieta, pero Ronaldo gambeteaba a la balanza como lo hacía con los defensores rivales. Esos roces hicieron que el brasileño volviera a cruzar el Mar Mediterráneo y aterrizara en Milán, aunque también cruzando la vereda y luciendo la camiseta rossonera. Su aventura en Milan no fue tan fructífera, aunque tuvo algunos goles memorables. Solo estuvo una temporada allí antes de regresar a Brasil para ponerse la camiseta de Corinthians.




    De las cuatro etapas opuestas, puede decirse que su mejor rendimiento individual lo obtuvo en Barcelona, aunque su momento más memorable, por títulos y planteles integrados, seguramente fue en Madrid. En Milán, se identificó más con la camiseta de Inter, a pesar del tiempo que estuvo sin jugar. En Milan llegó durante el comienzo de su declive. A pesar de que tanto en Cataluña como en la hinchada nerazzurra le recriminaron haber pasado a su eterno rival, no hay duda de que las cuatro hinchadas disfrutaron de la velocidad, habilidad y capacidad goleadora de este gran astro brasileño, ganador de dos balones de oro. La pregunta que todos los futboleros se hacen es qué hubiera sido de él si no hubiese estado tanto tiempo lesionado.

El Puma

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