¡QUE NO VUELVA EL MONSTRUO!

 


Imagen: Depor


    Argentina mostró su mejor versión en lo que va del Mundial, al derrotar a Polonia por 2 a 0. El equipo albiceleste fue superior de principio a fin ante un rival mezquino y que se conformó con que pasen los minutos. Ni siquiera se plantaron para el contragolpe teniendo a un goleador temible como Robert Lewandowski. Wojciech Szczesny, el arquero polaco, fue la figura de su equipo y fue gracias a él que la diferencia no fuera mucho mayor. Evidentemente, el cachetazo inicial ante Arabia Saudita sirvió. ¿Quiere decir esto que con lo hecho alcanza? Claro que no. Se está yendo de menor a mayor y en esa sintonía debe seguir. Lo que es importante es que no se deje marear por los exitistas de turno, los mismos que crearon el monstruo denominado la "Scaloneta", al que no dudaron en despedazar ante el primer tropezón y al que intentarán resucitar para volverlo a liquidar en caso de que vuelva a caer. 

    Si bien Lionel Scaloni metió mano en forma hasta exagerada en el equipo, esa fórmula le está dando resultado. Lo que aún pocos entienden es por qué se mantiene en la formación a Rodrigo De Paul, sin siquiera hacerlo descansar. El volante del Atlético de Madrid está lejos de su mejor versión y, si bien ante Polonia no tuvo un rendimiento tan flojo, lejos está de ser óptimo. El último equipo campeón del Mundo, en 1986, comenzó ganando pero tenía puntos vulnerables. Carlos Salvador Bilardo se dio cuenta a tiempo y, contradiciendo su naturaleza, no fue necio ni cabeza dura, cambiando a los jugadores que debía cambiar. Oscar Garré y Pedro Pasculli - este último, curiosamente después de hacerle el gol a Uruguay en los octavos de final - fueron cambiados de la formación titular y reemplazados por Julio Olarticoechea y Héctor Enrique. A partir de allí, el equipo mejoró y tomó más vuelo, sin escalas hasta la obtención de la Copa. ¿Sería el caso De Paul similar al de Garré en 1986? El rendimiento colectivo mejora, pero el del mediocampista no. 

    Dentro de las modificaciones, fue importante el ingreso de Enzo Fernández, quien le dio un poco más de marca y de dinámica en el mediocampo, además de tener la variante de rematar desde larga distancia en caso de que las defensas rivales se cierren demasiado. Donde aún tiene dudas es en el lateral derecho. Si bien Gonzalo Montiel demostró ser mejor, sobre todo en instancias decisivas, el entrenador confía en Nahuel Molina y lo ha dejado en claro más de una vez. Julián Álvarez parece ganarse un lugar en el once titular, pero será importante recuperar a Lautaro Martínez, uno de los goleadores del ciclo Scaloni y una pieza clave en engranaje. Otro que parece haber encontrado su lugar es Alexis Mac Allister. El mediocampista del Brighton inglés se adaptó bien al funcionamiento y está reemplazando correctamente a Giovanni Lo Celso, quien se perdió el Mundial por una lesión de último momento. El regreso de Cristian Romero fue una novedad puesto que su reemplazante Lisandro Martínez había tenido un muy buen nivel. Sin embargo, Scaloni le devolvió la titularidad al cordobés y este no decepcionó. 

    Para este partido, Argentina entendió que no podía especular y que debía ganar, no había otra opción. Esta última hubiese sido especular para entrar por la ventana y jugar con Francia, teniendo un tremendo "deja vu" en muy poco tiempo. Ahora deberá enfrentar a la sorprendente Australia, que eliminó a Dinamarca y salió segundo en su grupo sólo por diferencia de goles. Si bien en los papeles se trata de un rival inferior, ya existe el reciente antecedente del debut, aunque se dice que el ser humano es el único que tropieza dos - y hasta más - veces con la misma piedra. Lo importante acá es que, por más espacio que llenen los charlatanes resultadistas, no vuelva el monstruo.

El Puma

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