REPORTAJES DE BORIS STEPANEK: BRUNO CAMPAGNOLI, CAPÍTULO 3
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¿Es verdad que su
hermano era un infiltrado del gobierno de Pato?
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Sí, es verdad. Él
progresó y trepó con la dictadura. Jamás se recibió, pero estuvo años y años
vagando por la universidad, pegando afiches e infiltrándose en las aulas y las
salas de profesores. Muchos de ellos terminaron presos, torturados y
asesinados.
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¿Usted cuándo se
enteró de la actividad de su hermano?
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Primero me llamaba la
atención que estuviera tantos años en la universidad. Tanto es así, que cuando
yo entré, él seguía allí. Si bien, yo sospechaba de él como panfletero o
activista, nunca había imaginado que era un soplón.
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Hábleme de él. ¿Cómo
era?
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Giuliano era un vago.
Siempre llevó la contra y trajo problemas a la familia.
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¿Era la oveja negra?
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Sin dudas. Engañó a
mis padres durante años con su avance en la carrera. Había hecho 3 materias en
4 años. Se pasaba todo el tiempo vagando por el edificio y los alrededores.
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Sin embargo, quien
más contacto tuvo con Grisello Pato fue usted.
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Porque era el tío de
mi mujer.
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Es por eso que a
usted lo tildaban de partidario del régimen. ¿Lo era?
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Absolutamente no. Yo
era muy ajeno a la política, a pesar de conocer muy bien la historia de mi
país. Pero al entrar a la universidad, empecé a empaparme del tema. Muchos me
miraban mal por ser hermano de Giuliano, pensaban que yo también vendría a ser
soplón.
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Ahí usted conoció a
la presidenta…
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Sí.
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¿Cómo se dio? ¿Era
una compañera suya?
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Ella era profesora.
Una ayudante de cátedra. Acababa de recibirse y enseñaba en la universidad.
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¿Cuál era la materia
que enseñaba?
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Sociología.
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¿Cómo empezó a
relacionarse con ella?
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Empezó todo con un
debate en clase. A ella le gustaba mucho debatir y que digamos lo que
pensáramos. Más que nada, le gustaba que dijéramos lo que ella deseaba
escuchar. Todos estaban elogiando a Marx y criticando a Weber. Yo fui el único
que defendió a Weber. Primero se burló de mí y buscaba la complicidad del resto
de la clase, pero al ver que yo me mantenía firme y con argumentos, terminó el
debate.
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Y…
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Ya sé, me va a
preguntar cómo fue que nos relacionamos. Ya iba llegando a eso. Nos cruzamos
ese mediodía en la cafetería. Se sentó en mi mesa y comenzamos a conversar. Si
bien estaba a la defensiva al saber quién era yo, se mostraba animosa al final
de la charla. En clases me enviaba mensajes para que nos encontráramos fuera de
la universidad. Era la época en que comenzaron las primeras manifestaciones y
en que el régimen se endureció.
Continuará...
Boris Stepanek
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