REPORTAJES DE BORIS STEPANEK: BRUNO CAMPAGNOLI, CAPÍTULO 8

 

-         ¿Cómo ve a la sociedad de Fronha hoy?

-         Desde que regresé a Italia, me desconecté de todo. Lo que sé de Fronha es lo que cuentan los medios de comunicación.

-         Por lo que escucha, ¿piensa que se está superando esa etapa?

-         Eso espero. Va a llevar mucho tiempo. Deberemos pasar por dos generaciones, por lo menos, para que esto quede en el olvido o como una anécdota de la historia. Como le dije antes, veo esta etapa con optimismo.

-         ¿Le gustaría regresar?

-         Ya no. No quería volver antes y ahora tampoco. Fronha es mi patria de nacimiento, pero la pasé muy mal allí. Salvo por mi infancia y adolescencia, lo demás fue una pesadilla.

-         ¿Qué sentimientos guarda hacia Fronha hoy?

-         Cómo el lugar donde nací y crecí. Esos buenos recuerdos estarán siempre guardados en mi corazón. Pero sólo son recuerdos, ya no me queda nadie en Fronha. Mis amigos ya no están, mi familia tampoco.

-         ¿Qué supo de su familia?

-         Como conté antes, a Giuliano lo habían matado. Mis padres fallecieron de ancianos. Mis otros hermanos tampoco están. Luciano fue asesinado por las tropas de Grisello Pato y Priscilla falleció de una enfermedad terminal.

-         ¿Siente amor por su país?

-         No.

-         ¿Odio?

-         Tampoco.

-         ¿Nostalgia?

-         Ya no.

-         ¿Qué es lo que siente?

-         Nada. Siento que todos esos recuerdos son lejanos.

-         No lo entiendo.

-         No guardo rencores. Fue duro, pero una vez que me bajé del barco, me di cuenta de que tenía que dejar todo atrás. Así fue como logré rehacerme dos veces. Y las dos veces fue dejando Fronha atrás.

-         ¿Qué piensa de la carta que publicaron la semana pasada? La que adjudican a Caco.

-         Caco fue amante de Guadalupe por muchos años. No me extraña para nada lo que se publica. A esta altura, ya no se puede hacer mucho. Seguramente ella explotó, se hartó de los malos tratos y no soportaba ser la segunda. Pero son solo suposiciones. Es bueno que eso se aclare. Ojalá ordenen ir a desenterrar a ese lugar y si encuentran el cuerpo, que lo identifiquen. Justicia, en el fondo, ya se hizo. Si ella lo mató, ya pagó por eso.

-         ¿Pero usted podría asegurar que ella lo mató?

-         No tengo pruebas. Si se prueba que la carta la escribió Caco, sí voy a creer en lo que decía. Sabía mucho de ella y no sólo de la intimidad. Si una vez que se pelearon, Caco se hubiera decidido a hablar, se hubieran evitado tantos males.

-         ¿Por qué cree que Caco no lo hizo?

-         Caco era un hombre noble. No le hubiera salido hacerlo. Pero si ese escrito es de él, será un dato muy válido. Habrá querido dejar un documento para la posteridad.

-         ¿Cree que el nuevo gobierno investigará ese supuesto crimen?

-         Si lo hace, será nomás para saber la verdad. Si ella lo mató o no, eso quedará en suspenso.

-         ¿Cuándo supo usted que Caco fue amante de Guadalupe?

-         En la cárcel. Compartimos celda antes de que lo fusilaran. Ahí me contó todo.

-         Cuénteme un poco más del tiempo que vivió junto a Caco en prisión.

-         Conversábamos mucho. La necesidad del momento creó una amistad entre nosotros. O una empatía, si quiere. Los dos íbamos a morir.

-         ¿Por qué Caco fue fusilado antes de lo que le hubiera tocado a usted?

-         Porque la relación entre Guadalupe y Caco no estaba oficialmente terminada. Él la evitaba y empezó a relacionarse con otra. Guadalupe nunca perdonaba una infidelidad, a pesar de que ella las cometía. Su ego no lo soportaba. Ahí creo que mi fusilamiento quedó en segundo plano.

-         ¿Caco tenía aspiraciones políticas?

-         Sí, pero no como presidente. A él le gustaba estar en el llano y ver lo que ahí sucedía. Le gustaba el contacto con la gente y ayudar. Fronha perdió a una persona muy valiosa por culpa de su patética clase política.

-         ¿No le dijo de unirse a él en caso de sobrevivir?

-         No. Él sabía que no iba a sobrevivir.

-         ¿Y usted?

-         Yo estaba resignado a aceptar mi destino.

Continuará...

El Puma