1993-2021 LAS GENERACIONES MALDITAS, DE MARADONA A MESSI
Nadie se imaginaba que la imagen de Oscar Ruggeri levantando la Copa América iba a ser la última en mucho tiempo para la selección argentina. Después de obtener el certamen continental en Ecuador, en junio de 1993, un largo calvario soportó el combinado albiceleste, comiéndose generaciones y generaciones de enormes futbolistas.
La primera muestra de eso fue el sufrimiento padecido para clasificar al Mundial de Estados Unidos de 1994 en una eliminatoria en la que, con un largo invicto en su haber y dos Copas Américas obtenidas en forma consecutiva, se suponía que la pasaría sin problemas. Colombia fue el verdugo y casi lo deja afuera hasta del repechaje. Alfio Basile, tras la goleada ante el conjunto "cafetero", tuvo que hacer un recambio fuerte de su plantel incorporando nuevos jugadores y pidiéndole a Diego Armando Maradona que regrese de uno de sus retiros. El capitán se puso a punto, se puso el equipo al hombro y se llegó al Mundial.
El arranque de Argentina no pudo ser más auspicioso: goleada a Grecia con tres goles de Gabriel Batistuta y otro del mismo Maradona (el último de los 34 de su cosecha personal con la selección) y victoria por 2 a 1 ante Nigeria con ambos tantos de Claudio Caniggia tras haber comenzado perdiendo. Se armó un super equipo. Luis Islas era el arquero, Néstor Sensini y José Chamot eran los laterales, mientras que Fernando Cáceres y Oscar Ruggeri ocupaban la zaga central. El mediocampo y la delantera eran un espectáculo: Diego Simeone y Fernando Redondo en la contención, Maradona en la creación y Abel Balbo como cuarto volante. Adelante Caniggia y Batistuta. Sobraba chapa para ser candidatos. Pero un baldazo de agua fría llegó antes del tercer partido ante Bulgaria: Maradona dio positivo de efedrina en un control antidoping, hecho que repercutió en forma negativa en lo anímico y el equipo se derrumbó. Cayó ante Bulgaria y luego ante Rumania en octavos de final para regresar mucho antes de lo previsto.
Tras las críticas severas a ese equipo, al que se tildó de "indisciplinado", se buscó a un entrenador que pusiera "mano dura". Llegó como entrenador el bicampeón Mundial Daniel Passarella. El "Kaiser" obtuvo un título temprano, pero claramente se esperaba mucho más. Sin embargo, la etapa del ex capitán del equipo de 1978 fue positiva en cuanto a que lideró un recambio generacional armando un plantel competitivo. Dentro de lo negativo, Passarella nunca manejó bien su relación con la prensa y eso definitivamente le jugó en contra, especialmente a la hora de las críticas. Tras un tiempo de zozobras, en donde el entrenador se peleó con Fernando Redondo (el entonces volante de Real Madrid adujo que lo obligaban a cortarse el pelo y por ello no aceptó formar parte del equipo) enderezó el rumbo y consiguió la base para el Mundial de 1998. En el medio, dos Copas América para el olvido, una gran actuación en los Juegos Olímpicos de Atlanta, donde obtuvo la medalla de plata y una eliminatoria que fue de menor a mayor hasta tener la tranquilidad de clasificar un par de fechas antes de finalizar. Durante el Mundial, el nivel de juego fue bueno, con grandes individualidades y un buen rendimiento colectivo. Sin embargo, la mala relación con la prensa, los entrenamientos cerrados, el predio tapado con lonas para que ningún curioso pueda ver las prácticas, fueron factores que minaron la simpatía por este equipo. El balance fue positivo en cuanto a que se dejó una base por mucho tiempo. Pero entre el desgaste con la prensa y la no obtención del resultado esperado, al quedar afuera con Países Bajos en los cuartos de final, se terminó la era Passarella.
Marcelo Bielsa tomó el timón luego de 1998. El rosarino dejó la base que le habían dejado e hizo algunos retoques. El esquema de juego era similar en cuanto al dibujo táctico, pero el ex director técnico de Newell´s Old Boys hacía jugar al equipo en forma más vertical, con muy poco tránsito de la pelota en la mitad de la cancha, un delantero rápido por afuera y un definidor por adentro. Redondo regresó al equipo, pero no por mucho tiempo ya que para esta ocasión adujo querer jugar más partidos en su club. La Copa América de 1999 no fue buena, pero las eliminatorias fueron un paseo por el parque. Argentina las dominó de principio a fin en las que fueron, posiblemente, las mejores disputadas por los albicelestes. En 2001, Argentina fue el único equipo que optó por no disputar la Copa América en Colombia debido a la difícil situación social en ese país, perdiéndose la posibilidad de poder ganarla. Sin embargo, todo lo que sube, en algún momento tiene que bajar. Y eso comenzó a ocurrir en 2002. En Corea y Japón, Argentina se quedó afuera en la fase de grupos, lo que constituyó un fracaso estrepitoso. La prensa que lo elogiaba hasta minutos antes del final del partido ante Suecia, cuando quedó afuera, no tuvo piedad ni mucho menos vergüenza en borrar con el codo lo que escribían con la mano. Bielsa tuvo su revancha, tras haber renovado su contrato, en los Juegos Olímpicos de 2004 donde obtuvo la medalla dorada y fue finalista en la Copa América donde cayó por penales ante Brasil. Después de eso, sorprendió a todos renunciando y diciendo que se había quedado "sin energía".
Tomó el mando José Néstor Pekerman, exitoso entrenador de los seleccionados juveniles. Armó un equipo casi completamente suyo, ya que estaban muchos de los jugadores con los que él festejó mundiales de las categorías de menores. Fabricio Coloccini, Walter Samuel, Lionel Messi, Javier Mascherano, Pablo Aimar, Juan Román Riquelme, Esteban Cambiasso, Juan Pablo Sorín, eran, entre otros, muchos de ellos. La actuación en Alemania 2006 alternó altas y bajas. Un debut en el que sufrió por demás ante Costa de Marfil, una excelente actuación ante Serbia y Montenegro, un empate con Países Bajos cuando ambos estaban clasificados, una victoria agónica con un golazo de Maximiliano Rodríguez incluido frente a México lo depositó en cuartos de final. Allí enfrentó al local y lo superó por varios tramos del partido, pero cometió el error de tirarse muy atrás cuando se puso en ventaja. Luego vino el empate y la posterior eliminación por penales.
En 2006, regresó Alfio Basile tras una gran temporada dirigiendo a Boca Juniors. El comienzo de la segunda era del "Coco" fue muy bueno. Disputó la Copa América de 2007 en gran nivel, llegando a la final para enfrentar a un equipo brasileño colmado de suplentes. Se esperaba que el maleficio (en campeonatos mayores) se iba a terminar y que lo iba a hacer el mismo entrenador con el que empezó. Nada de eso sucedió. En la final, Argentina fue una sombra y cayó por 3 a 0. En las eliminatorias, el rendimiento fue de mayor a menor, hasta que se cayó en Chile y Basile renunció. Lo reemplazó Maradona, con escasa experiencia dirigiendo. Se clasificó al Mundial en forma agónica y la actuación en el máximo certamen fue regular tirando a mala. Pese a contar con grandes figuras como Messi, que ya estaba consolidado, Carlos Tévez, Gonzalo Higuaín, Juan Sebastián Verón, Diego Milito o Ángel Di María, el equipo siempre dio la sensación de ser un gigante con pies de barro y Alemania fue quien le dio un gran baño de realidad al conjunto albiceleste. En el medio, se defendió el título olímpico en 2008.
Luego de no renovarle el contrato a Maradona, se contrató a Sergio Batista. El rendimiento siguió siendo el mismo y tras una paupérrima actuación en la Copa América disputada en Argentina, el "Checho" se fue y vino Alejandro Sabella. Bajo la dirección de "Pachorra", el equipo tuvo la solidez que le estaba faltando y fue creciendo partido a partido hasta llegar a la final del Mundial y caer inmerecidamente ante la bestia negra: Alemania.
Entre 2014 y 2018, la maldición se presentó en la forma más cruda. Luego del Mundial, se jugaron dos ediciones de la Copa América en la que se llegó a la final y, en ambas ocasiones, Chile y los penales le negaron el triunfo. Esa generación fue castigada en forma cruenta e injusta. Se llegó al campeonato del Mundo de Rusia con un equipo desgastado mentalmente, habiendo pasado por tres entrenadores: Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli. La actuación fue muy mala, entre la mala convivencia entre jugadores con el cuerpo técnico, más las inconsistencias de Sampaoli que cambiaba de esquema partido a partido, además de hacer papelones al costado del campo de juego. Messi jugó el peor de sus cuatro mundiales y los demás tampoco acompañaron. El resultado fue el lógico, se cayó en octavos de final ante Francia.
Luego de eso, vino el recambio. Quien asumió la conducción fue el ignoto (como entrenador) Lionel Scaloni. El ex volante de Estudiantes de La Plata, sin experiencia previa y quien tomó un timón que nadie quería tomar, fue soportando las críticas y buscando la mejor versión del equipo. El nivel era malo, pero había atisbos de mejora. Hasta que llegó la Copa América de 2021 y allí la maldición se rompió. Finalmente, Argentina pudo levantar un trofeo en categorías mayores. No son pocos los que se ilusionan con un triunfo en Qatar. Hay que ser cautos y no caer en el exceso de confianza. Scaloni parece estar entendiendo eso. Amén de todo esto, es insólito el período sin títulos de una selección que contó con grandes generaciones de futbolistas. A todas ellas se las comió la maldición.
El Puma
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