HISTORIA DE LOS MUNDIALES: 2010, ESPAÑA TUVO SU TAN ANSIADO PREMIO


     La historia de los Mundiales siguió extendiendo los lugares geográficos para realizar la competencia. En 2010, le tocó a Sudáfrica albergar el certamen más importante del mundo a nivel de selecciones. La primera edición de este certamen disputada en el continente africano resultó muy atractiva, sorprendente y con muy buenos partidos. En la previa había muchos candidatos. 

    Italia era el último campeón y un candidato natural histórico, pero llegaba con un plantel envejecido y desgastado. Algo similar a lo que le ocurrió en 1986. Debutó ante Paraguay e igualó en un tanto, en un partido en el que fue superado por el conjunto guaraní, pero que logró no perder al mostrar un poco de orgullo. El siguiente encuentro mostró que el equipo "azzurro" ya no tenía el fuego sagrado y volvió a igualar ante la modesta Nueva Zelanda, también en un tanto. Si bien, hasta ese entonces, la clasificación no peligraba, debía ganarle a Eslovaquia y buscar una mejor versión. Sin embargo, fue sorprendido por el equipo de Europa del Este y cayó por 3 a 2, entregando su reinado en la primera fase del campeonato.


    Francia integraba el "grupo de la muerte" junto a México, Sudáfrica y Uruguay. El equipo galo había entrado en forma más que polémica en el repechaje. Había vencido a Irlanda por 1 a 0, con una jugada que debió ser invalidada porque Thierry Henry bajó una pelota con la mano para luego servirle el gol a William Gallas. Después de muchas controversias, entre las que se llegó a plantear volver a jugar ese partido o dejar a Francia afuera, se decidió, como castigo, no colocarlo como cabeza de serie. A pesar de eso, su andar era muy irregular y su entrenador, Raymond Domenech, muy cuestionado. Su actuación fue, por demás desastrosa, cayendo ante México y Sudáfrica e igualando sin tantos con Uruguay. Este último recuperó en ese Mundial su protagonismo perdido. Luego de varias ediciones sin clasificar o quedando afuera muy temprano, de la mano de un proyecto serio liderado por su entrenador, Oscar Washington Tabárez. La "celeste" clasificó primera en su grupo, para luego derrotar a Corea del Sur por 2 a 1 en octavos de final, eliminar a Ghana por penales en los cuartos de final y caer ajustadamente por 3 a 2 frente a Países Bajos en semifinales. 



    Argentina había tenido una eliminatoria muy complicada e irregular. La comenzó con Alfio Basile como entrenador, pero el "Coco" renunció tras el mal rendimiento del equipo y en circunstancias no muy claras. Asumió en su lugar Diego Armando Maradona. La llegada del capitán campeón del Mundo en 1986 fue un boom para los medios, pero no para lo futbolístico. El seleccionado argentino contaba con grandes jugadores, muchos triunfando en los mejores equipos de Europa. Maradona dejó afuera de ese plantel a Javier Zanetti y Esteban Cambiasso, quienes fueron campeones de la liga italiana por varias temporadas seguidas (incluida esa) y jugadores claves para obtener la U.E.F.A. Champions League para el Inter poco tiempo antes. El conjunto albiceleste ganó sus tres partidos de zona frente a Nigeria, Corea del Sur y Grecia, mostrando dos facetas muy contrastadas: la defensa y el ataque. La primera era visiblemente endeble y preocupaba su actuación ante un eventual adversario de fuste. A la ofensiva le sobraba cantidad y calidad. En octavos de final, venció a México por 3 a 1 con un recordado y clamoroso gol en offside de Carlos Tévez. En cuartos de final, se encontró con su bestia negra, Alemania. Los teutones aprovecharon todas las debilidades y ventajas ofrecidas por Argentina desde el comienzo hasta el fin. Fue un 4 a 0 lapidario y bochornoso.


    El gran candidato y quien contaba con las figuras del momento era Brasil. Dirigido por Dunga, tenía una combinación de "jogo bonito" por las características de sus jugadores y de pragmatismo por el otro. La fase de grupos la pasó sin ningún inconveniente, venciendo por 2 a 1 a Corea del Norte y a Costa de Marfil por 3 a 1, igualando sin tantos ante Portugal, cuando ambos ya habían clasificado. En octavos de final, goleó a Chile por 3 a 0. En cuartos de final debió enfrentar a los Países Bajos. Se puso en ventaja rápidamente por intermedio de Robinho. Durante varios minutos, pasó por encima a la "Naranja Mecánica", estando más de marcar el tercer tanto antes que el segundo. Sin embargo, en pocos minutos y tras una ráfaga inesperada del equipo europeo, el partido se dio vuelta tras dos goles de Wesley Schneijder. A partir de ahí, Brasil se apagó y no se recuperó. Tal es así que en la desesperación apeló al juego brusco. Como consecuencia de ello, fue expulsado Felipe Melo. 

    


    Los Países Bajos llegaron a Sudáfrica casi en silencio. Con buenos jugadores, como siempre, pero sin un rendimiento previo estruendoso como para posicionarlo como candidato, los "tulipanes" arrancaron ganándole a Dinamarca por 2 a 0, para luego derrotar a Japón y Camerún por 1 a 0 y 2 a 1 respectivamente. En octavos de final venció a Eslovaquia por 2 a 1 y en cuartos, como ya se dijo, sorprendió a propios y a extraños eliminando a Brasil por 2 a 1. En semifinal derrotaron a los aguerridos uruguayos y llegó, por tercera vez, a una final. ¿Sería la vencida? 

    España venía con un muy buen equipo, pero había cierto excepticismo por sus antecedentes. Y su comienzo parecía ratificar esa sensación, cayó sorpresivamente ante Suiza por 1 a 0. Luego se recuperó y derrotó a Honduras por 2 a 0 y a Chile por 2 a 1. El equipo dirigido por Vicente Del Bosque y vigente campeón europeo, fue de menor a mayor y contaba con una base mezclada entre Real Madrid y Barcelona. De este último equipo era la fase creativa, aportada por Xavi Hernández y Andrés Iniesta. En octavos de final, eliminó a Portugal 1 a 0 y en cuartos de final tuvo, quizás, su momento más crítico. Enfrentaba a Paraguay y el partido era muy parejo. Los guaraníes tuvieron la gran oportunidad cuando iban 0 a 0, con un penal que se le otorgó. Oscar "Tacuara" Cardozo tuvo la victoria parcial en sus pies, pero su remate fue contenido por Iker Casillas. Casi que al instante, España se encontró en la misma situación, pero Justo Villar atajó el remate de Xabi Alonso. En los minutos finales, cuando parecía que el alargue era el destino inexorable, apareció David Villa y le dio a la "roja" la costosísima clasificación a semifinales. Allí lo esperaba un peso pesado: Alemania. Sin embargo, a pesar de que solo fue 1 a 0, hubo un solo equipo en cancha. Los dirigidos por Del Bosque superaron tácticamente a los teutones y pudieron haber conseguido una diferencia mayor. 

    Para la final había muchas expectativas. Tanto España como los Países Bajos iban a debutar como campeones del Mundo. La "Naranja Mecánica" cargaba con el estigma de haber perdido dos definiciones, contando con enormes jugadores, entre los que estaba el inolvidable Johan Cruyff. Este último era un protagonista indirecto en la definición. ¿Por qué? Por un lado estaba su país natal y por el otro el lugar donde marcó un antes y un después. Durante la estadía del crack en Barcelona, se creó la escuela de fútbol del club, sugerencia que el neerlandés les hizo a los dirigentes catalanes de ese entonces. Esa escuela es conocida hoy como la Masía. De allí había cinco jugadores titulares en la alineación titular española: Carles Puyol, Gerard Piqué, Sergio Busquets, Xavi e Iniesta. Hubo un solo equipo con la intención de jugar: España. Para asombro de muchos, los neerlandeses salieron con una actitud demasiado especulativa y a jugar de una manera que no acostumbran: bruscamente. La búsqueda tuvo su premio y cuando faltaban 4 minutos para ir a la definición por penales, Iniesta hizo justicia y le dio el triunfo a España. 

    Tras muchos años de presentar equipos con grandes jugadores, de haber sufrido derrotas sorprendentes, eliminaciones injustas y feroz crítica de la prensa, España finalmente logró su meta largamente acariciada y marcó el comienzo de una nueva era para su fútbol.

El Puma

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