HISTORIA DE LOS MUNDIALES: 2006, LA REVANCHA DE ITALIA
El Mundial de 2006 se disputó en Alemania. El local tenía la esperanza de empezar a cosechar los frutos del recambio iniciado luego de la Eurocopa 2000, tras el fracaso rotundo en esa competencia y tener que pasar por eso para darse cuenta de que la brillante generación de 1990 había llegado a su fin. El entrenador elegido para esta competencia fue justamente uno de los que brillaron en la década anterior: Jürgen Klinsmann. Los teutones basaban su juego en la creatividad de Michael Ballack y en su delantera de origen polaca: tanto Lukas Podolski, atacante veloz que podía jugar en cualquiera de las dos puntas, como Miroslav Klose, delantero central, gran cabeceador y que terminaría convirtiéndose (algunos Mundiales después) en el máximo goleador de la historia de esta competencia, eran nacidos en Polonia.
La primera fase fue muy tranquila para el local. Derrotó por 4 a 2 a Costa Rica en el debut, luego por la mínima a Polonia y finalmente goleó a Ecuador por 3 a 0. En los octavos de final, derrotó a Suecia por 2 a 0 y en cuartos de final se vio las caras con la selección argentina. El equipo "albiceleste" llegaba con más impulso propulsado por la ilusión propia que por nivel futbolístico. Este último se vio de a chispazos, pero cuando así fue, el nivel de buen juego fue muy alto. José Néstor Pekerman, exitoso multicampeón en los seleccionados juveniles, buscaba repetir con el combinado mayor, entre los que contaba con varios jugadores conocidos por él como Juan Pablo Sorín, Esteban Cambiasso, Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Carlos Tévez, Maximiliano Rodríguez, Lionel Messi, Javier Saviola, Javier Mascherano, Fabricio Coloccini entre otros. Argentina había brillado en la goleada por 6 a 0 a Serbia y Montenegro, sufrido innecesariamente ante Costa de Marfil, igualado sin tantos frente a Países Bajos con los dos equipos ya clasificados y había obtenido un agónico triunfo ante México por 2 a 1 en tiempo suplementario. El encuentro con el local, en Berlín, era la prueba de fuego y la posibilidad de demostrar que podía aspirar a los primeros lugares. Argentina dominó a voluntad hasta que obtuvo la ventaja por intermedio de un cabezazo de Roberto Fabián Ayala a poco de iniciar el segundo tiempo. Sin embargo, se replegó demasiado rápido, cediendo la posesión al rival y tratando de aguantarlo hasta el final. Pekerman recibió muchas críticas por haber sacado a Riquelme (quien no había sido lo trascendente como se esperaba de él) y por no haber hecho entrar a Messi. Lo que no se advierte (porque los análisis son solamente por el resultado final y no por el desarrollo de los partidos) es que el entrenador tuvo que quemar un cambio por la lesión del arquero Roberto Abbondanzieri. Riquelme fue reemplazado por Cambiasso para tratar de contener a Alemania que había conseguido dominar el partido. El otro cambio también fue criticado ya que sacó a Hernán Crespo, el goleador del equipo, para poner a otro delantero central como Julio Cruz, de probada trayectoria que no pudo plasmar en la selección. Sucedió lo inevitable en los últimos diez minutos: Alemania empató con un cabezazo de Klose y fueron al alargue. Allí, ninguno de los dos arriesgó y apostaron a la definición por penales. En esa instancia, el arquero teutón Jens Lehmann, con ayuda de un papelito que llevaba encima, atajó los remates de Ayala y Cambiasso para depositar al local en la semifinal.
Brasil era quien venía con el cartel de candidato. Último campeón y reforzado con más figuras, la "canarinha" llegaba como el favorito. Su fase de grupos la pasó con mucha facilidad, como también los octavos de final, con una goleada a Ghana por 3 a 0. En cuartos de final, lo esperaba Francia, que venía de ser segundo de Suiza en su grupo, pero que venía de eliminar a España por 3 a 1. Tenía la posibilidad de tomarse revancha por la final de 1998, pero, al igual que en esa ocasión, Francia fue muy superior y anuló por completo al gran candidato. Solo ganó por 1 a 0 con gol de Thierry Henry, pero una goleada hubiese sido el resultado más justo.
El otro equipo que era una incógnita y que venía de un escándalo en su liga era Italia. Su campeonato que, hasta ese año, era el que contaba con los mejores equipos y jugadores, se vio manchado por los sobornos a árbitros y situaciones poco claras. Tal es así que Juventus, el claro dominador de los campeonatos locales, y que contaba con un plantel de grandes estrellas, fue enviado a la Serie B. Con ese panorama, el conjunto "azzurro" disputaba la Copa del Mundo. En el debut, venció a Ghana por 2 a 0, tuvo un pálido empate (con sabor a derrota) ante Estados Unidos por 1 a 1 y cerró su clasificación derrotando por 2 a 0 a República Checa. En octavos de final, se vieron beneficiados con un penal inexistente sobre la hora y tras la conversión de Francesco Totti, eliminaron a Australia por 1 a 0. En cuartos de final, golearon a Ucrania por 3 a 0. Clasificaron a semifinales donde jugaban ante el local. Varias paradojas: la primera, Italia enfrentaba a quien había sido Campeón del Mundo en su casa, la segunda, Alemania debía intentar vencer por primera vez a su bestia negra. El partido se jugó con los dientes apretados, pero con una visible superioridad "azzurra". Tras igualar sin tantos en los 90 minutos reglamentarios, en el alargue, Italia fue quien buscó el triunfo mientras que los teutones quisieron repetir la fórmula aplicada ante Argentina. En el último minuto, tras haber estrellado dos remates en el palo y haber exigido a Lehmann con un tiro de media distancia, una brillante apilada de Andrea Pirlo y un gran pase de este último a Fabio Grosso, quien remató cruzado, Italia se puso en ventaja. Ese golpe dejó groggy a Alemania que salió desesperado a buscar la igualdad. Tras un despeje de Fabio Cannavaro y un posterior robo de pelota del mismo zaguero, Totti inició un contragolpe que habilitó a Alberto Gilardino, quien enganchó para adentro llegando al área, vio como Alessandro Del Piero entraba solo por la punta izquierda y lo habilitó para que el "fantasista" de Juventus definiera de forma magistral. Fue 2 a 0 y pase a la final. Alemania seguía sin poder vencer a Italia en competencias oficiales. Logró hacerlo finalmente por primera vez, poco tiempo atrás, en la U.E.F.A. Nations League.
El 9 de julio de 2006, en Berlín, Italia y Francia definían la final de la Copa del Mundo. Entre las dos selecciones, estaba casi todo el equipo titular de Juventus. Gianluigi Buffon, Cannavaro, Gianluca Zambrotta, Mauro Camoranesi (argentino nacionalizado), Del Piero por Italia, mientras que Lilian Thuram, Patrick Vieira y David Trezeguet por Francia formaban parte de los once habituales titulares de la "Vecchia Signora". Era también el último partido de la carrera de Zinedine Zidane. Fue precisamente "Zizou" quien con un penal que picó ante Buffon, puso en ventaja a los galos a los cinco minutos de iniciado el encuentro. Italia empujó hasta llegar al empate, concretado por un cabezazo de Marco Materazzi a la media hora del primer tiempo. El resto del partido fue parejo. Por momentos, en especial en los primeros veinte minutos del segundo tiempo, era mejor Italia y por otros momentos, durante gran parte del tiempo suplementario, lo era Francia. Zidane se volvió el protagonista. Era quien más hacía para que Francia alzara su segunda Copa del Mundo. Empujaba a su equipo y tuvo una situación muy clara con un cabezazo a quemarropa que sacó magistralmente Buffon. Pocos minutos después, también un golpe de cabeza suyo fue una nota destacada, pero no a la pelota sino al pecho de Materazzi tras algo que el defensor le habría dicho al francés (si bien hubo muchas sospechas sobre lo que pudo ser, nunca se supo qué es lo que fue con exactitud). Horacio Elizondo, árbitro argentino que dirigió el partido inaugural y la final de ese certamen, le mostró al titiritero francés la tarjeta roja. La segunda final de la historia de los mundiales que se definía por penales, volvía a tener a Italia entre los participantes. Pirlo, Materazzi, Daniele De Rossi, Del Piero y Grosso convirtieron sus remates para los "azzurri". Sylvain Wiltord, Eric Abidal y Willy Sagnol lo hicieron para "les bleus", mientras que Trezeguet erró el suyo. Italia volvía a ser campeón del mundo tras 24 años, con un presente muy controversial y un futuro muy negro que empezaría tras los festejos. Sin embargo, también fue una revancha tras varias frustraciones como en 1990, 1994, 1998 y, especialmente, 2002, en este último muy claramente perjudicado por fallos arbitrales. A su vez, puede decirse que se cerró un círculo. Alemania fue campeón en Italia en 1990 e Italia fue campeón en Alemania en 2006.
El Puma
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