FRONHA: CHALO EL MALO, CAPÍTULO 7 (FINAL)

​Lorraine apenas podía caminar y hablar. Sasha iba detrás tratando de dar explicaciones, su amada no las quería escuchar. Si se daba vuelta, era para insultarla. Chalo ya estaba arriba del monte, estaba deseoso de ver su espectáculo. Estaba en el palco instalado. Al llegar, dio la orden de atarlas juntas. “Hicieron esto juntas, pues serán comidas juntas por las pirañas”, gritó Chalo ante todos. Fueron atadas de frente, cara a cara. Las llevaron hasta la punta del monte. “Ya, tírenlas de una vez”, gritó el nuevo rey. Nadie se movía. “Bueno, parece que tendré que hacerlo yo mismo”, continuó. Se dirigió hacia allí y les dio un fuerte empujón. Solo se escucharon dos gritos agudos durante la caída. “Y ahora a celebrar, continuó, es un día de fiesta. Música, baile, vamos, el reino se deshizo de dos almas corruptas y manchadas. Las pirañas han hecho justicia”. La banda musical que llevó, no se atrevía a tocar. Pero ante la amenaza de terminar ellos también en el estómago de las pirañas, tocaron un repertorio amplio. 

Mientras tanto, mientras Chalo seguía de festejos, en un costado y pasando totalmente desapercibida, cubierta de pies a cabeza, Magalí se alejó de la escena. Se subió al carruaje y dio orden a su cochero de arrancar. Llegó al cementerio y pidió bajar. Caminó lentamente unos metros y con la cabeza baja hasta detenerse en una lápida. La miró, movió la cabeza hacia arriba y dijo: “Ahora descansas en paz mi amado Pumowsky. No te preocupes, yo seguiré encargándome de tu hijo y del nuestro. Hasta pronto”.

El Puma