FRONHA: CHALO EL MALO, CAPÍTULO 5


 

La noche previa al interrogatorio era muy calma. En el calabozo no se escuchaban ni a las moscas. El verdugo, Laurent Basqueau, estaba preparando los utensilios para hacer su trabajo. Con toda prolijidad, estaba poniéndolos sobre una mesa. Estaba tan concentrado, que no escuchó que alguien había golpeado a la puerta. Reaccionó cuando, la vez siguiente, la puerta fue golpeada más fuerte. “Eso me gusta, que seas un poco sordo. Será más fácil pedirte lo que estoy a punto de pedirte”, dijo Chalo con una sonrisa que cada vez se veía más grande. “Escúchame bien, Basqueau, mañana vas a torturar a la reina regente y a su amante. Sé que cuando el juez te diga que te detengas, deberás hacerlo inmediatamente. Pero, así como has estado sordo ante mi primer llamado a la puerta, podrás estar sordo ante la primera orden del juez”. Basqueau amagó a responder. “Ni te molestes en decir nada, continuó Chalo, aquí hay algo que va a hacer que estés sordo ante el primer pedido”. Metió la mano en su saco y mostró una bolsa llena de monedas de oro. “Considéralo un adelanto, le dijo mientras le daba la bolsa, cinco más de estas si haces lo que te digo. No escatimes en violencia, dales duro.Después de esto, podrás irte adonde quieras y asegurar el futuro de tu familia. Si no lo haces, más vale que tengas piernas veloces para huir, porque no podrás escapar del apetito de las pirañas. Estaré presenciando todo, si obedeces, puedo ser muy bueno contigo. Sino, puedo hacer de tu vida un infierno. ¿Entendiste Basqueau? No me decepciones”. Se puso la capucha y salió por donde entró.

Continuará…

El Puma

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