FRONHA: EL REY LUBE, CAPÍTULO 4 (FINAL)
Toto armó la estrategia y fue agrandando su ejército
en la medida que iba avanzando. Los hombres de Saint Nicklas, Giggigi,
Tupindorf y la Isla del Sol se acoplaron a él rápidamente. Se dirigían a
Fromberg, no sin antes eliminar a varios homosexuales y personas de distintas
religiones en el camino. Llegaron a la puerta del Palacio. La Guardia Real
estaba custodiando el lugar. Toto se acercó y envió un mensaje de rendición al
rey. “Eso es lo que desean, malditos miserables, se escuchó gritar a Lube desde
una ventana, pues sepan que no lo tendrán”. Comenzaron a luchar con la Guardia
Real, pero no se necesitó demasiado tiempo para que ésta última se rindiera y
abriera las puertas del Palacio. Entraron a la habitación de Lube. “¿Cómo se
atreven a interrumpirme?
-
Ya
no tienes escapatoria, hermano, respondió Toto. En este momento serás juzgado y
deberás abdicar.
-
Jamás,
yo soy el rey de este país – decía mientras apretaba su puño con más fuerza de
la habitual -, el amo y señor, el Dios.
-
No
estás en dominio de tus facultades mentales – intervino Magalí –, el país no
puede estar gobernado por ti.
-
No
puedo creer que usted también me traicione, madre.
-
Los
intereses del reino están por encima de todo, hijo.
-
No
tienes alternativas, hermano – insistió Toto –, abdica.
-
Jamás
– volvió a apretar el puño - , no te cederé el reino. No permitiré que un
retrógrado como tú, gobierne a este país. Lo arruinarías todo.
-
Siendo
así, sugiero que se juzgue en este momento al rey y se lo condene”.
Lube se resistió
al arresto. Se lo juzgó en el lugar y solo por veinte minutos. Se lo declaró
incapaz de gobernar, peligroso para el reino, homosexual y se decidió
condenarlo a las pirañas en el acto. Fue llevado al monte con una mordaza y
atado de manos. Una vez llegados, lo desataron, le quitaron la mordaza y lo
empujaron. Mientras estaba en el aire, miraba hacia arriba, apretaba el puño y
gritaba “¡miserables!”
El Puma
Jajajajajaja un grande
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