FRONHA: EL REY JACHO, CAPÍTULO 2 (FINAL)
Hokana estaba preocupada por su hijo. Lo notaba muy
disperso y sin atender los asuntos de estado. A su vez, su avanzada edad no le
permitía desplazarse demasiado, por lo que mandó a llamarlo. Jacho acudió
enseguida. Llegó a la habitación de su madre, la saludó protocolarmente y se
sentó a escucharla. “Noto, mi querido hijo, que estás desatendiendo los asuntos
más importantes, comenzó.
-
No
sé por qué lo dice, madre.
-
Si
bien tu situación actual me alegra, me preocupa que no veas algunas cosas.
-
¿Cómo
cuáles?
-
Hace
mucho que no sales de Fromberg. El Reino no sólo tiene los problemas de la
capital. No has vuelto a ver las islas ni te has relacionado con tu pueblo.
-
Ya
volveré a hacerlo, madre.
-
Hazlo
pronto, hijo mío. Me temo que las noticias no serán buenas si dejas pasar mucho
tiempo.
-
Se
me está volviendo algo dramática, querida madre.
-
No,
hijo. Los años cosechados no han sido en vano. No olvides que las islas son
territorios conquistados recientemente. Si bien las hemos poblado con nuestra
gente, aún quedan grupos originarios que querrán recuperar lo que era de ellos.
No lo debes permitir.
-
Eso
de ninguna manera, madre.
-
He
escuchado que Quetenghi quiere osar complotar contra ti. Debes sofocar eso
antes de que sea tarde y traer a Toto a la corte. No querrás que el príncipe te
declare la guerra.
-
Eso haré.
-
Cuéntame
un poco sobre el heredero.
-
El
Príncipe Lube está aprendiendo muy rápido. Aunque es algo terco, engreído y de
tanto en tanto debo utilizar el correctivo real.
-
No
abuses de ello, él será quien se siente en tu trono, y no querrás que lo haga
con una revolución.
-
Sé
lo que tengo que hacer, madre. A propósito, ¿cómo se encuentra usted? Me han
dicho que no sale a los jardines.
-
Ya
no tengo fuerzas, ni ganas. Sé que ya me queda poco y no quería dejar de
decirte esto antes de irme.
-
Que
la lengua se le haga a un lado, madre.
-
Ese
es nuestro destino, hijo. Somos reyes y poderosos, pero nuestro destino es el
mismo que cualquier plebeyo.
-
Ni
lo mencione. Usted aún tiene mucho para dar”.
Permanecieron conversando un
tiempo más. Jacho regresó al Palacio y comenzó a preparar su gira por las
islas. Recibió noticias de que en la Isla del Sol, Quetenghi había tomado el
mando y que esperaban al rey para un enfrentamiento. Se juntaron hombres de las
tres islas y entraron a cañonazos primero y saqueando luego. Si bien la
resistencia fue fuerte al inicio, no pudieron soportar la superioridad numérica
del ejército real y se rindieron. Ejecutaron a todos, incluyendo a Quetenghi y
se llevaron a Toto para Fromberg. Durante varios días, lo adoctrinaron y le
dieron su lugar en la corte.
Luego de volver a poner orden,
Jacho permaneció en Fromberg un tiempo. Se hacía ver algo más ante su gente y
su popularidad fue subiendo. Entendió que para que el país siga creciendo,
debía abrir la inmigración. Envió emisarios a varios reinos de Europa con la
noticia. Los primeros extranjeros comenzaban a llegar y a trabajar. Estaba
orgulloso de esa nueva obra. Para conseguir la segunda ola, decidió enviar a varios
nobles y hasta a Magalí con Lube para entrevistarse con los monarcas. “Voy a
hacer de este reino una potencia”, aseguraba.
Apenas la reina y el príncipe
heredero partieron hacia el Viejo Continente, Toto solicitó una audiencia con
su padre. Éste lo recibió. “Necesito hablar con urgencia, padre.
-
Dime
querido, ¿qué es lo tan urgente?
-
Me
parece que debiera ser yo quien ocupe el trono en el momento que, Dios no lo
permita en el corto plazo, usted no esté.
-
La
ley favorece a tu hermano.
-
Pero
él no está capacitado…
-
Lo
dices porque aún es muy joven, pero madurará.
-
¿Usted
realmente lo cree, padre? No tiene límites, será una tragedia para el reino.
-
Creo
que con instrucción y con maestros severos, podrá estar a la altura de las
circunstancia. Y, llegado el caso, tú estarás ahí para marcarle el camino y que
no se desvíe.
-
Dudo
muchísimo que me escuche.
-
Mira,
él ahora viajó a Europa. Magalí volverá y Lube se quedará en la Corte de
Portugal para recibir una educación acorde a la nobleza. Regresará hecho un
señor.
-
Eso
espero. De todas maneras, insisto en que el sucesor debiera ser yo, padre.
-
Querido
Toto, la ley es la ley. Pero te propongo algo, cuando regrese Magalí, lo
conversaremos. ¿Está bien?”
Asintió, a pesar
de no haber estado conforme con las razones que le dio su padre. Iba caminando
por el palacio moviendo la cabeza y haciendo muecas.
A Jacho
seguían lloviéndole las buenas noticias. Luego de leer la carta que Magalí le
había enviado, se sentó en su cama y sonrió. De pronto, comenzó a marearse. Se
levantó como pudo, caminó dos pasos, se mareó más y se detuvo. No podía
avanzar, perdió el equilibrio y cayó al suelo. Los sirvientes lo encontraron a
la madrugada siguiente. Ya era tarde. Fue enterrado con honores y comenzaba una
carrera sangrienta por la sucesión.
El Puma
Jajajaja
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